¡Hola a todos! Aquí voy con mi primera reseña en JpM. Ha habido peticiones populares para comentar varios cómics como primera entrada, pero finalmente voy a hacerla de un manga que me encanta. Os voy a hablar de Vagabond, manga de Takehiko Inoue.
Takehiko Inoue es un mangaka bastante célebre a nivel internacional. Antes de Vagabond, quizás su obra más popular, Inoue triunfó con el manga Slamdunk, una serie centrada en el baloncesto, deporte que parece ser una de las pasiones de autor japonés. Slamdunk fue un exitazo de primer nivel en Japón y ha tenido su propia serie de TV, llegando a ostentar récord de ventas en algunos de sus tomos.
Puede resultar chocante que Inoue apostase tras Slamdunk por un manga de samuráis -menudo cambio de registro ¿eh?-. Pero, francamente, no se equivocó, como muestran el nivel de ventas y los numerosos premios que ha recibido Vagabond desde sus inicios, entre ellos el mayor Osamu Tezuka nipón, en 2002.
Inspirándose en la obra de Eiji Yoshikawa, “Miyamoto Musashi”, Inoue compone uno de los seinen más populares a nivel internacional y uno de la llamada Trilogía Clásica de Samuráis: El Lobo solitario y su cachorro, La Espada del Inmortal y la obra que nos ocupa-.
He leído hasta la saciedad que este manga estaba obligado a triunfar en parte por la idea tan atractiva que lo origina: narrar la vida del espadachín más famoso de la historia de Japón. Y la verdad, es cierto que la premisa es muy seductora. Pero creo que la idea de Inoue es más grandiosa incluso. Inoue quiere mostrar, sin ninguna prisa, cómo el destino cruza en el camino a dos genios de la espada: Miyamoto Musashi y Sasaki Kojiro. Con poco que uno se haya interesado por la historia de Musashi, sabrá cómo acaba dicha confrontación. Pero en este manga, como en otros muchos, lo importante no es el final, sino el camino que se hace hasta llegar a él.
El nexo de unión de ambos personajes reside en la batalla de Sekigahara, un conflicto que resulta clave en la historia de Japón y que el manga visita dos veces. En dicha batalla, las fuerzas de Tokugawa Ieyasu, daimyo de notable poder, vencen al ejército de Toyotomi Hideyori, el que fuera heredero de uno de los grandes unificadores de Japón, Toyotomi Hideyoshi. La victoria le valió a Tokugawa el último shogunato de Japón, y también el más largo de su historia (250 años, ahí queda eso).
Volviendo a la trama en sí, y a pesar de la profundidad que Inoue otorga a Kojiro, es indiscutible que el protagonismo pertenece a Musashi, del que además destaca perfectamente las dos cualidades que lo definen en la obra de Yoshikawa: su extraordinaria fuerza física y un instinto para la lucha propio de un depredador. Inoue, para realzar el carisma de su protagonista, le otorga una mirada verdaderamente diabólica, diría bestial, e imponente realmente memorable. Si tuviera que destacar la mirada de un personaje en un cómic, sin duda la de Musashi vendría a mi mente rauda.
En lo relativo al dibujo, Takehiko Inoue desata en cada uno de los tomos todo su talento a los lápices. El dibujo de Vagabond es de lo más impresionante que he visto en un cómic. De claro perfil realista, la caracterización, -de un detalle abrumador-, en todos los personajes es digna de elogio. Mención especial merece la evolución que sufren tanto física como espiritualmente los protagonistas del relato. También resultan incontables las viñetas que arrebatan el aliento por la belleza de los parajes.
Por lo general el trazo es muy limpio, a salvo de las escenas de combate –que no son pocas-, que Inoue dibuja trasladando la espectacularidad y la violencia que debe destilar esta crónica de guerreros natos.
Vagabond es una serie que comparte muchos elementos con el spaghetti-western. La economía del lenguaje y la potencia expresiva de los rostros de los personajes son el principal vehículo narrativo del autor, que rehúye largas conversaciones y que apuesta en numerosas ocasiones por los primeros planos y la tensión que genera un duelo de miradas para hacer crecer el suspense en el lector. Igualmente, el manga está plagado de brillantes frases lapidarias que Inoue pone en boca de sus personajes cuando el momento es oportuno.
La obra, publicada por Ivrea, es larga, estando a punto de alcanzar el tomo 34, cuya salida es inminente aquí en España. El fin, según parece, está cercano. Aguardaremos con impaciencia el desenlace.