¡Buenas a todos! Hoy os traigo otra reseña que os puede interesar. No es para menos, pues se trata de otra serie famosísima dentro del manga japonés. Os hablo de la serie Bleach, obra del mangaka japonés Tite Kubo que, al igual que Naruto y One Piece, se publica semanalmente en la revista Shonen Magazine. La serie comenzó a publicarse en 2004 y os digo lo mismo que con Naruto: tiene episodios de relleno que poco o nada tienen que ver con el argumento principal de la serie. Comienzo, ahora sí, con la reseña de Bleach.
La historia comienza en el tranquilo pueblo de Karakura, donde el estudiante y protagonista Kurosaki Ichigo vive con su familia y con sus amigos de instituto. Este muchacho aparentemente normal tiene, sin embargo, un don sin igual: es capaz de percibir a los espíritus e interactuar con ellos. Aunque esta habilidad nunca le ha supuesto ningún problema hasta que aparece en escena una shinigami, llamada Kuchiki Rukia. Ella le explica que los shinigamis (dioses de la muerte en la mitología japonesa) tienen la misión de guiar a las almas perdidas del mundo humano hacia la llamada Sociedad de Almas para que allí puedan descansar en paz. Sin tiempo para dar muchas más explicaciones, Ichigo y su familia sufren un ataque de un tipo de espíritu maligno, conocido en la serie como Hollow. Estos espíritus son, en realidad, espíritus de personas que se han visto atrapados por mucho tiempo en el mundo y están llenos de rencor y pesar por algo que les atormenta. Rukia se ve herida en el ataque y decide traspasar sus poderes a Ichigo para poder derrotar al espíritu y así salvar tanto al espíritu como a la familia de Ichigo. Y así comienza la historia de Bleach, en la que Rukia e Ichigo deberán tratar de limpiar de hollows la región de Karakura.
Por supuesto, la historia es bastante más elaborada que simplemente eso. El poder del shinigami para guiar a las almas perdidas y poder purificar hollows reside en sus espadas, denominadas Zanpakutos. En cada una de ellas reside un alma que les confiere un poder único e inigualable, que se potenciará en función de las habilidades de su portador. Y ahí no acaba la cosa, pues los shinigamis tienen otras habilidades llamadas Kido, que les permite salir airosos de muchos encuentros desafortunados con hollows. Para poder usar estas habilidades y esas espadas tan poderosas, necesitan Reiatsu, energía espiritual que solo poseen los shinigamis (en principio…). Por supuesto, en la historia aparecerán multitud de shinigamis que presentan habilidades únicas y zanpakutos únicas, que harán las delicias de aquellos amantes de los personajes secundarios de los shonen.
Tite Kubo consigue crear una trama excepcional (que al principio puede flojear un poco, pero enseguida se pone a tono), con toques de humor e incluso de ecchi, que es realmente adictiva e interesante. Ichigo no solo tendrá que enfrentarse a hollows y shinigamis (por diversas razones) sino que aparecen más enemigos como los Quincy (enemigos aférrimos de los shinigamis), a los que por supuesto no se tendrá que enfrentar solo. Os daría una breve descripción de personajes secundarios que ayudan (o se ponen en el camino) del protagonista, pero seguro me dejaría personajes importantes. A muchos de ellos los veréis en los primeros episodios.
El estilo de dibujo es muy serio por lo general, con dibujos y bocetos muy elaborados que estarán a la altura de muchos exigentes de los mangas japoneses de acción. Por supuesto, las escenas que no son de batalla también están cuidadas y dedicadas, como no se puede esperar de otra forma del gran Tite Kubo.
Podría añadir más cosas de este gran manga, pero os recomiendo que no perdáis más tiempo y le deis una oportunidad a esta serie que, sin duda, no os defraudará.
