A los buenos días, merodeadores del ciberespacio. Hoy os traigo una reseña de Criminal, serie independiente obra de uno de mis guionistas favoritos, Ed Brubaker, acompañado por su colega y hermano de armas Sean Phillips.
El tándem
Brubaker – Phillips nos ha dado a los aficionados al noveno arte un buen
surtido de obras de gran calidad, sirvan de ejemplo, además de la serie que hoy
reseñamos en JpM, la excepcional Sleeper, Incógnito, o las más recientes Velvet
y Fatale. Lejos de nacer como colaboración espontánea, Brubaker parece haber
encontrado en Phillips al dibujante ideal para reflejar sus historias
policíacas.
Criminal nacía
como un proyecto personal de Brubaker –Bru para los amigos- y Sean Phillips con
Cobarde, la primera miniserie dentro
del conjunto que conforma Criminal en sí. Panini editó la serie originariamente
en seis volúmenes que abarcan seis historias autoconclusivas, aunque
relacionadas entre sí en cierta forma. Esos seis volúmenes son:
- Cobarde: La peripecia de un ladrón de bancos venido a menos para salir vivo de un entuerto en el que se ve involucrado por un par de policías corruptos. Muy buena historia y un gran protagonista. Estupendo inicio de la colección.
- Lawless (Traducido también como Sin Ley): La segunda historia tiene al mejor protagonista de la serie. Tracy Lawless abandona el ejército al enterarse de la muerte de su hermano. Su objetivo: infiltrarse en su antigua banda para averiguar quién lo liquidó y cobrarse venganza. Posiblemente mi segunda historia favorita.
- Los muertos y los moribundos: El tercer volumen recopila tres historias entrelazadas en cierto sentido por sus protagonistas, algunos de los secundarios más carismáticos del ecosistema creado por Brubaker y Phillips. En general, es un volumen muy bueno, con historias bastante sólidas. Especialmente interesante es el origen de Gnarly, el barman del mítico Undertow –ya sabéis, la N se fundió- y la historia del peligroso Taggart Lawless. Ya sabéis lo que dicen. De tal palo…
- Mala noche: Para mí, la mejor historia de la serie hasta ahora. Brubaker toma a un secundario de una de sus anteriores historias y cruza en su camino a una femme fattale pelirroja inolvidable que le hará caer en una espiral de violencia, crimen e insomnio. El vertiginoso ritmo de la trama y un final inesperado bordan este cuarto volumen.
- Los pecadores: Regreso de nuestro viejo amigo Lawless, listo para meterse en problemas con el señor del hampa local. Buena historia en general, muy sólida y con un final espectacular. Lawless es el niño mimado de Bru y Phillips, y eso se nota.
- El último de los inocentes: El último tomo publicado en España. Muy interesante historia sobre los errores del pasado y la desesperación de un hombre por encontrar una salida a un presente sumido en la infelicidad. Es también destacable el uso de flashbacks en esta historia, con un cambio de dibujo más infantilizado a propósito para reflejar la infancia del protagonista.
Puede
adquirirse también el primer integral de la serie, editado también por Panini, que
recopila los tres primeros tomos.
Mi
recomendación es que si os gustan las historias policíacas no dejéis pasar la
oportunidad de leer Criminal, pues no lo vais a lamentar. La calidad de la
serie, en mi opinión, es bastante alta y, lo que es más importante, no sufre lamentables
altibajos. Todas las historias rayan a un gran nivel, con un Phillips que
plasma perfectamente esa ambientación noir
y caracteriza perfectamente bien a todos los implicados en las tramas ilícitas
que nos narra Brubaker.
Eso es todo,
amigos. Si queréis tener un detalle en Navidad con algún familiar al que le
atraiga este tipo de historias, acertaréis seguro. Juradlo por mí.