¡Hola de nuevo! Hoy os tengo preparada otra reseña del mundo del anime y el manga. Fue una de las series con las que yo personalmente me inicié en lo que a cómics se refieren (especialmente manga, que ya sabéis que es mi favorito). Os hablo de la serie Love Hina, obra del mangaka japonés Ken Akamatsu. Suele clasificarse como seinen manga o bien shōnen manga (para jóvenes adultos o para chicos adolescentes), aunque también se trata de una comedia romántica harem. En abril de 2000 se estrenó en TV Tokyo la serie de anime, de 25 capítulos. También se estrenaron dos especiales de televisión y tres OVAs llamados Love Hina Again.
Love Hina originalmente se publicó semanalmente en la revista Shūkan Shōnen Magazine de Kōdansha, finalizando con 118 capítulos recopilados en 14 tomos. El manga fue publicado en España por Glénat entre 2001 y 2003. También en Japón se han publicado dos libros sobre todos los aspectos del manga, llamados Love Hina. Lo que siempre os suelo decir: el manga es mejor que el anime. No obstante, el anime está bien basado en la serie de manga y, aunque omite cosas importantes, no es mal resumen de la serie.
Love Hina cuenta la historia de Keitarō Urashima, un chico de 20 años que quiere entrar en la prestigiosa Universidad de Tokio, conocida también entre los japoneses como Tōdai, ya que cuando era niño hizo una promesa con una niña de su infancia donde prometían que si iban juntos a Tōdai se casarían y vivirían felices para siempre. El único problema es que no recordaba el nombre de la niña a la cual le había hecho la promesa, ni siquiera su edad.
Sin embargo, Keitarō ha suspendido dos veces el examen de acceso y sus padres deciden echarlo de casa. Se ve obligado por tanto a ir a la posada de su abuela en la prefectura de Kanagawa para vivir allí por un tiempo y estudiar para intentar ingresar en la universidad. El problema comienza cuando el protagonista no se da cuenta de que lo que ha considerado una posada durante mucho tiempo ha pasado a ser un dormitorio femenino cuya entrada esta vetada a los hombres. Resulta que en la residencia viven cinco inquilinas que lo conocerán por una situación algo comprometida (y muy graciosa, como la mayoría de las situaciones de la serie). Al principio las chicas se lo toman muy mal, y toman a Keitarō por un pervertido, pero su tía que vive en la residencia y regenta una cafetería anexa permite que se quede como encargado y administrador, teniendo que aprender a convivir día a día con todas las chicas, las cuales poseen personalidades muy distintas entre sí, y así lidiar con problemas sentimentales y domésticos que desembocan en situaciones cómicas.
Aunque al principio todas las chicas lo detestan, poco a
poco se van acostumbrando a Keitaro y van llevándose bien con él. El problema
reside en que Keitaro es muy torpe y suele provocar situaciones con
malentendidos en los que casi siempre acaba recibiendo algún golpe y siendo
acusado de pervertido. No obstante, el personaje se esfuerza por no cometer los
mismos errores y mejorar tanto a nivel académico (recordemos, quiere entrar en la Universidad de Tokyo)
como a nivel personal (dejar de ser un torpe que causa molestias a las chicas).
El protagonista, además, irá descubriendo información del pasado, además de cómo
y con quién hizo la promesa, ya que fue en la posada Hinata donde la realizó y
donde aún hay mucha información para desvelar quién fue la misteriosa chica con
la que hizo esa promesa.
Aunque esta serie pueda parecer que es demasiado erótica
(incluso he llegado a oír a gente decir que es hentai), no os debéis engañar,
pues estáis ante uno de los shonen más conocidos y populares que existen. Lo es
porque es una comedia romántica (no como las típicas pasteladas de la tele,
sino una comedia de verdad con toques románticos entre los personajes) y no es
ni mucho menos un hentai. Os puedo asegurar que os pasareis horas y horas
riendo con las situaciones del protagonista (que a menudo parecen surrealistas)
y que os engancharéis a la serie por algunos de sus personajes secundarios.
La forma de dibujar del autor a mi juicio es demasiado
simple en cuanto al diseño de los personajes. No obstante, los decorados y
escenarios de la serie son muy ricos en detalles y harán que os metáis de lleno
en la historia que va sucediendo. Aunque algunas de las localizaciones de la
historia son ficticias, muchas sí que son lugares reales, y estos están
bastante cuidados, así que os ayudaran a sumergiros en la historia.
Lo dicho, si tenéis tiempo para echar un vistazo a este
manga, os aseguro que no os defraudará. ¡Tenéis risas aseguradas para rato!