Hola, acechadores del ciberespacio. Hoy os traigo la primera parte de la reseña de esta obra editada por Vértigo hace ya unos años, ganadora del Eisner a mejor serie nueva en 2008 y recientemente recuperada por ECC, que quiere reeditarla en diez tomos, de los cuales ya hay disponibles cinco:
-Ciclos.
-Un pequeño paso.
-Palabra de seguridad, y
-El Anillo de la Vida.
Y, el último hombre armó un buen revuelo en su momento, y no es para menos. La propuesta de Vaughan y Guerra es muy llamativa en su inicio: una epidemia de origen desconocido extermina a todo ser con el cromosoma Y del planeta. La consecuencia es devastadora: todos los varones fenecen entre sangrientos estertores y el mundo queda únicamente poblado por mujeres en pocos minutos.
Bueno, con dos
excepciones: nuestro protagonista, Yorick
Brown, un joven inmaduro y poco consciente de la aventura que se abre ante
sus ojos; y su travieso mono capuchino, Ampersand
– nombre que hace referencia
precisamente al signo “&”-.
La pregunta que alimenta la trama desde el inicio –y que resolvemos leyendo estos cinco primeros tomos- es obvia: ¿Por qué han sobrevivido?
Desde el inicio queda claro que Vaughan y Guerra quieren hacer una road movie por una América en estado de caos, reflejando las diferentes reacciones femeninas ante el último hombre vivo, mientras las dos secundarias de lujo de la historia, la agente 355 y la doctora Alison Mann, tratan de proteger a Yorick a toda costa y encontrar una cura para garantizar la supervivencia de la raza humana. Tarea, no obstante, que no será nada fácil, puesto que a nuestro protagonista lo persiguen varias facciones con diversos fines, siendo destacables las últimas agentes del Mossad, deseosas de tener un factor estratégico que les garantice la supremacía global; y las Hijas de las Amazonas, una secta de fanáticas lideradas por la temible “Reina” Victoria –estupenda antagonista, por cierto- que aspiran a erradicar a los hombres, a los que consideran causa de la opresión de la mujer a lo largo de la historia. Female Power en estado puro.
Desde el inicio queda claro que Vaughan y Guerra quieren hacer una road movie por una América en estado de caos, reflejando las diferentes reacciones femeninas ante el último hombre vivo, mientras las dos secundarias de lujo de la historia, la agente 355 y la doctora Alison Mann, tratan de proteger a Yorick a toda costa y encontrar una cura para garantizar la supervivencia de la raza humana. Tarea, no obstante, que no será nada fácil, puesto que a nuestro protagonista lo persiguen varias facciones con diversos fines, siendo destacables las últimas agentes del Mossad, deseosas de tener un factor estratégico que les garantice la supremacía global; y las Hijas de las Amazonas, una secta de fanáticas lideradas por la temible “Reina” Victoria –estupenda antagonista, por cierto- que aspiran a erradicar a los hombres, a los que consideran causa de la opresión de la mujer a lo largo de la historia. Female Power en estado puro.
Las Amazonas
traen a la palestra a un personaje muy interesante: Hero, la hermana de Yorick, un personaje con una psique compleja a
la que la hecatombe que abre la historia deja terribles secuelas psicológicas y
a la que Vaughan aprovecha inteligentemente como una suerte de bomba de relojería narrativa para
generar intriga en el lector. No desvelo más detalles, pero sin duda es mi
personaje favorito en el desarrollo de la trama y una de las causas de que este
cómic me tenga enganchado.
Y, el último hombre es
un cómic que recomiendo sin dudar por lo divertido –además de dramático- que
resulta. Vaughan tiene una habilidad innata para tejer diálogos hilarantes que luce
al poco de empezar la serie –impagable Yorick emulando a Samuel L.Jackson en Pulp Fiction-. De hecho, son los
diálogos de la serie la cualidad que más destacaría del conjunto, llegando a un
punto, cuando hemos sintonizado con los personajes principales, en el que se
suceden conversaciones geniales una tras otra. Igualmente, Vaughan hace una
exhibición de cultura popular soltando referencias por doquier por boca de su
protagonista principal. Referencias que nos hacen estallar en carcajadas si
estamos atentos. Un detalle fantástico, a mi parecer.
Por otro lado,
el dibujo de Pía Guerra, de estilo clásico y detallado, me parece más que
correcto para la obra. La artista quizás tenga su talón de Aquiles en las
escenas de acción, que quedan algo insulsas en comparación con las escenas de
diálogos, en las que Guerra y su estupenda caracterización de personajes hacen
un buen trabajo. No obstante, es de justicia destacar que la dibujante mejora
con el paso de los números en el que parece ser su punto débil, dejándonos en
los últimos números secuencias mucho más dinámicas y vibrantes.
Clásico y detallado, el estilo de Pía Guerra |
El cómic cuenta con personajes sólidos que presentan evidentes evoluciones –siendo Yorick el paradigma, sin duda- y con misterios que apuntan a resolverse a largo plazo, lo que contribuye a generar ese halo de intriga que nos acompaña en la lectura hacia la ansiada cura para lograr la supervivencia de la especie.
Si queréis
saber cómo nos deja esta serie, aguardad al segundo volumen de esta reseña
cuando ECC termine de publicarla, presumiblemente, este año. Os animo a que, si
no la habéis leído, le deis una oportunidad. En marzo sale el sexto tomo: Chica con chica. Vais a pasar ratos muy divertidos.