LAS BRUJAS DE WESTWOOD, UN COMIC DE EL TORRES, ABEL GARCIA Y ANGEL HERNANDEZ

¡Hola una semana más comiqueros!

Tras un tiempo de ausencia, y volviendo por estos lares, retorno con una TAG TEAM REVIEW – TTR o reseña conjunta-, un experimento que nos queremos marcar mi hermano y yo en Juralopormi.

He de confesar que me declaro seguidor de Juan Antonio Torres, AKA El Torres, guionista –entre otras muchísimas cosas- malagueño del que ya tengo unas cuantas obras en la estantería. Comencé leyendo El Velo, obra que me encantó, y a continuación El Bosque de los Suicidas, obra muy interesante que acusaba un notable parecido con El Velo en algunos aspectos. Tengo pendiente Tambores, que reseñaremos, posiblemente en TTR de nuevo, en breve. Pero hoy le toca el turno a la última obra de El Torres: Las Brujas de Westwood, con Abel García y Ángel Hernández a los lápices.

Coged las antorchas y adentraos en la espesura con nosotros, cibernautas… Comienza la caza de brujas…

Ha sido de nuevo Dibbuks la encargada de traernos la nueva obra de nuestro querido artista, un cómic en el que el Aquelarre cobra un nuevo significado y en el que Torres demuestra que es capaz de dar una nueva y original vuelta de tuerca a una trama de por sí trillada.

La historia nos traslada a Los Ángeles, donde nuestro protagonista, el escritor Jack Kuztberg, atraviesa una crisis de inspiración cuando trata de hacer una secuela para su obra Walpurgis Passion, una novela erótica con tintes esotéricos que se ha convertido en un best seller entre las adolescentes. El protagonista, asqueado por la escasa calidad literaria de su obra, sufre un bloqueo creativo hasta que recibe una funesta llamada de un familiar, lo que motiva su traslado a Boston en aras de recuperar la motivación para continuar su obra literaria. Pero como suele pasar en este tipo de historias, Jackie se va a meter en un buen lío cuando se instale en Westwood, lugar donde vivió su infancia y donde NADA es lo que parece…

En esta obra destaca una magnífica cualidad de la que goza El Torres: la imaginación. A lo largo de las más de 100 páginas de las que consta este cómic, no es hasta el final cuando verdaderamente entendemos lo que está ocurriendo, pues nuestro malagueño nos va enseñando cartas de su mano, teniendo especial cuidado en esos ases que no desvela hasta las últimas páginas. Torres se vale de una técnica que mucha gente considera de "genios". Él se sirve de una trama bastante vista ya, como son las brujas, los aquelarres y los demonios, para agitarla y ponerla patas arriba, mezclando todo con su toque y estilo más personal para así obtener algo nuevo y superior. Esta técnica también la usaba alguien llamado Walt Disney. 

Como hasta ahora, El Torres vuelve a apostar por una historia con tintes sobrenaturales y un protagonista con secretos ocultos, aunque esta vez el malagueño urde una astuta estratagema para sorprender al lector, algo nada sencillo cuando se trata del manido género de terror. Con todo, El Torres logra una historia muy intrigante, muy bien conectada y con muchos giros argumentales que culminan en un final algo rocambolesco y, sin embargo, satisfactorio a mi parecer.

Es una historia increíble en el sentido más estricto de la palabra, pero con grandes toques de nostalgia y de esa infancia dorada donde nos sentíamos invencibles y que ya nunca volverá. 

A diferencia de las otras obras que he tenido el gusto de leerle, en Las Brujas de Westwood el malagueño opta por personalizar el mal que ataca al protagonista desde el principio del cómic. En este caso, tenemos un quinteto de brujas ciertamente interesante, aunque no muy alejado de los tópicos, que no van a tardar en declararle la guerra al sufrido héroe de la historia de un forma un tanto fortuita, aparentemente.

El apartado gráfico corre a cargo de Abel García en los dos primeros capítulos y de Ángel Hernández en los dos últimos. En líneas generales, ambos dibujantes hacen un buen trabajo, consiguiendo una atmósfera ciertamente inquietante y con una buena caracterización de los personajes. Afortunadamente para la obra, ninguno de los dibujantes eclipsa al otro con su estilo, siendo quizás García el que más me ha gustado en el trazo.

Aunque Las Brujas de Westwood tiene, indudablemente, un dibujo más atractivo que las otras obras que he leído de El Torres, sí me ha dejado la sensación de que Gabriel Hernández permanece imbatible a la hora de generar esa atmósfera opresiva y “sucia” que me tuvo en tensión durante la lectura de El Velo y que tan bien sentaba a esta obra. 

Concluyendo, Las Brujas de Westwood es un cómic de terror muy entretenido que respeta los, hasta ahora, símbolos de identidad de las historias de El Torres y que deparará un buen rato de lectura a los que se acerquen a él. En conjunto, es una obra muy bien estructurada, narrada con buen ritmo, con una resolución sin duda sorprendente y el habitual crescendo que nuestro compatriota imprime a sus historias en los últimos compases. Ya sólo queda esperar a que nos saque una de hombres lobo y vampiros desmitificando la saga épica y, sobre todo, crepuscular de Stephenie Meyer… 

… léase con notables dosis de sarcasmo. 

Hasta la próxima, cibernautas.

Y por si no estáis todavía poniéndoos el abrigo para ir a vuestra tienda de cómics, para rematar os diré que solo cuesta 16 euritos...

J. y Dani S.