La verdad es que Yermo Ediciones parece haberse hecho para gente como yo, ya que casi todo lo que saca pasa a engrosar mi wishlist o mis estanterías. La mayoría de sus obras han guardado un bonito rincón en mi mente, aunque como todo, tienen sus más y sus menos. Veamos hacia qué lado ha caido Whaligoë.
Su guionista, Yann, es ampliamente conocido en nuestra país por obras como XIII, La sangre de los porfirio o El Gran Duque, mientras que Virginie Augustin, autora de Alim el curtidor, ha participado y trabajado en las industrias Disney para los proyectos de Hércules y Tarzán. Esta pareja de artistas se unió para publicar en Francia este cómic en dos tomos, el último de los cuales salió el enero pasado en el país galo.
El cómic cuenta la historia de un escritor londinense abandonado por la diosa de la inspiración y perseguido por un "lío de faldas", lo que le lleva a parar a un pueblecito en pleno corazón de escocia, Whaligoë. Nuestro protagonista, Dougles Dogson, es exactamente lo que sugiere su apellido. Este escritor es un fantasma de lo que un día fue, aunque no es el único espectro de la trama. Achaca su frustración y deterioro a su amante y musa, Lady Speranza, que con el paso de los años a pasado de ser la razón de su desvelo a la ladrona de su chispa, a sus ojos. Parece que son las jóvenes doncellas las que más inspiran a nuestro escritor, y ese carácter lo hace, por momentos, ser un dandi repugnante.
Si bien me ha gustado la historia que nos ha contado Yann y los continuos anglicismos usados por los personajes resulta a la par gracioso que desconcertante, al terminar el tebeo me ha quedado la impresión de que la trama espectral sobre la pareja de enamorados que se juraron amor eterno bajo un rito gaélico resulta ser algo secundario respecto a la verdadera razón de ser del cómic, que no es otra que el propio Dougles. Bajo este pretexto, nuestros artistas se valen de una accidentada huida para contarnos la oscura leyenda que acompaña a Whaligoë y la historia de Ellish Beth, un antiguo escritor que triunfó en el país donde todo está al revés y que repentinamente desapareció entre las sombras.
Por su parte, Virginie nos desvela un talento que hasta ahora me era desconocido. La autora hace toda una lección magistral en el dominio de los pinceles y los paisajes, si bien, para mi gusto, los personajes quedan un escalón por debajo de los entornos. Los acantilados del pueblo escocés o el propio cementerio se nos presentan con todo lujo de detalles, mientras que los rasgos en los protagonistas se me hacen un poco más anárquicos y bruscos. Es una pega puede que meramente personal, que no evita considerar este cómic un cuadro en sí mismo en determinadas viñetas.
En conclusión, una buena trama de la que esperaba un poquito más, puesto que ese trasfondo fantasmagórico guarda absolutamente todas sus cartas hasta el final, siendo a lo largo del cómic otro ingrediente más que no cuenta especialmente sobre otros, y una ilustradora a tener en cuenta de aquí en adelante. ¿Recomendable? Casi 100 páginas, a color, en formato europeo y por 22 euros...Para mí, sí. Yermo se ha puesto el listón muy alto, pero he de decir que se está manteniendo en la cresta de la ola. ¡Un hurra por ellos, y dos porque sigan así!
Un saludo,
Pd. Por cierto, una portada para enmarcar.
