En la reseña de hoy os recordamos una obra maestra, uno de esos cómics de lectura obligada: “Arrugas”, del guionista y dibujante Paco Roca (Valencia 1969), es una historieta que trata de forma sensible pero no sensiblera el Alzheimer, con personajes que se encuentran y conviven en una residencia geriátrica en el ocaso de sus vidas.
El cómic de 104 páginas a color y publicado por la editorial Astiberri (2007) ha cosechado numerosos éxitos: Premios en el Salón Internacional del Cómic de Barcelona, en el Festival de Lucca (Italia), en los Premios Dolmen y en Expocómic. Todos ellos reconocimientos que llevaron en 2008 a que el libro fuera galardonado con el Premio Nacional del Cómic.
No es de extrañar que en 2011 sus protagonistas cobraran vida en la gran pantalla. Y así, en el cine siguió cosechando elogios de la crítica. Fue preseleccionada para los Óscar en la categoría de mejor película de animación y fue la cinta ganadora de los Goyas a mejor guion adaptado y a mejor película de animación.
Y es que “Arrugas” nos hace enternecernos con su protagonista. Emilio, un jubilado banquero cuya familia deja en una residencia al verse desbordados para cuidarlo debido a la triste demencia senil que empieza a afectar a su memoria. Su día a día y el deterioro de sus recuerdos son el hilo conductor de una historia basada en muchas historias cercanas y reales.
Paco Roca describe fielmente en sus viñetas la dura vida de un geriátrico en el que coinciden personajes entrañables como Miguel, el pícaro compañero de habitación de Emilio que representa ese grito desesperado del que no se resigna a acabar una vida de forma tan simple; o Antonia, una simpática abuela obsesionada con ir atesorando comida envasada, jaboncitos y todo lo que pille para regalárselo a su nieto en cada visita.
No podía olvidarme de la tierna pareja, Dolores y Modesto, una de mis preferidas. Ella, fiel compañera de su marido, quien sufre Alzheimer en estado avanzado y al que ya le han abandonado sus recuerdos pero no así, el amor incondicional y servicial de su esposa, quien le cuida y comparte junto a él cada segundo.
Habitaciones prácticamente iguales, hileras de sillones donde dormir hasta las horas de medicación y comida son el escenario de un cómic en el que sus puntos de humor hacen aún más dura una historia delicada de tratar y que el autor narra de forma cruda pero no alejada de la realidad.
Y es que Arrugas nos adentra en un mundo en el que no a todos nos gusta mirar, pero que inevitablemente al acercarnos nos roba, al menos, alguna lágrima de impotencia. Porque te hace recapacitar sobre el valor de la memoria, sobre la brevedad de la vida y sobre aquellos que nos rodean. Forzándote, aún sin querer, a hacer una retrospectiva sobre qué instantes de tu vida serían aquellos que perdurarían en esa situación en la que una horrible enfermedad te lo roba todo.
Se trata sin ninguna duda de un best seller que no queda desfasado por el tiempo, y que aguarda en la estantería de sus dueños para ser nuevamente rescatado del olvido y os puedo asegurar que no decepciona. Con cada lectura encuentras algo que había pasado desapercibido y entonces, como Emilio, te das cuenta de qué tan importantes son los pequeños detalles, insignificantes. Aquellos que se hacen de forma rutinaria pero que tanto daño hace no recordar que existieron, como que el suéter se pone debajo de la chaqueta o que alguien inventó un día algo más útil que una cuchara para cortar el filete.
Lo dicho, os invito encarecidamente a que os adentréis en un mundo duro pero entrañable de la mano de un experto en relatar emociones. Paco Roca, uno de mis autores preferidos y que tras leer “Los surcos del azar” (Astiberri 2013) me sigue cautivando y emocionando, pero de éste último ya os hablaré en otra reseña.
¡Que disfrutéis con la lectura!
