Reconozco que Yermo Ediciones me tiene cogida la medida. Es raro el mes que de sus cuatro novedades no me interesan dos como mínimo. Este mes, sin duda, uno de esos cómics que no podía dejar escapar era éste: El Astrolabio de Hielo, una aventura cargada de conspiraciones, leyendas y romances en la decadente Roma del siglo XVI.
El gran Solimán envía a Bashir Hafez, un joven genio matemático, en busca de Las efemérides perdidas, un tratado astrológico que alguien ha robado de la Biblioteca Vaticana. El libro deja tras de sí un rastro de sangre: ¿Qué ha llevado a las tropas de Carlos V a asediar la ciudad eterna? ¿Qué secretos esconde el Vaticano por los que valga la pena matar? ¿Qué relación tiene el misterioso tratado con el legendario Astrolabio de Hielo?
La pareja de artistas conformada por Luca Blengino (WW 2.2 núm. 5 y 6) y Antonio Palma, que debuta en nuestra país como ilustrador, confeccionan un cómic de muy alto nivel y que supera con creces todas las expectativas que pueda haber creado la sinopsis. Hubert completa este elenco de artistas que integran el álbum, poniendo al servicio del noveno arte su paleta de colores de lo más realista y con un tono sucio y oscuro que resalta la decadencia que se vivía ya en Roma en aquella época y los vestigios de lo que fue el Gran Imperio de Occidente, convertido entonces en una gigantesca cloaca donde hasta las altas esferas se ahogan en su propia riqueza.
Hacía tiempo que no me topaba con un cómic de estas dimensiones: Un verdadero estandarte del noveno arte y del género de aventuras, al que solo le puedo sacar un "pero" que tal vez dice más del cómic que menos: No me hubiera importado haber pagado más porque hubiera tenido otras 50 páginas en las que haber alargado un poco más el desenlace, que para mi gusto es lo que se queda más escueto. Me bastaría con que tuviesen la mitad de la calidad de las 112 páginas que tiene el cómic para haberlo considerado una obra sobresaliente y de lo mejor de los últimos años. Muy a mi pesar he tenido que "degradarlo" de categoría: Estamos ante uno de los mejores cómics de aventuras de lo que llevamos de ESTE año.
Salvando este pequeño escollo (no significa que tenga un final deficiente, sino que hubiese redondeado la obra un desenlace acorde en extensión con la introducción y nudo de la misma), el cómic es una obra maestra: Blengino guioniza una trama perfectamente bien hilada, con personajes secundarios carismáticos y emblemáticos y protagonistas a la altura de la empresa a realizar. Nos muestra una Roma consumida por la corrupción de la nobleza y la Santa Sede, los cuales engordan entre riquezas y los placeres más terrenales mientras en las calles la falta de alcantarillado y depurado de aguas permite campar a sus anchas a los Jinetes del Apocalipsis en busca de las pocas almas en pie que se sostienen. Un dato que nos recuerda Luca: A principios del siglo XVI, la población en Roma había descendido de un millón a 50.000 habitantes.
Por su parte, no tengo palabras para definir / alabar el arte de Antonio Palma. No le hacen justicia las imágenes que os pueda mostrar aquí. El trazo del italiano parece de otro mundo. Por momentos parece que estás viendo fotografías, retratos o, por qué no, "selfies". Tengo que darle toda la razón a Blengino cuando en el anexo donde se nos muestran varios bocetos, admite que Palma le causó más de un quebradero de cabeza por su forma de dibujar a todos y cada uno de los personajes de la trama. El lujo de detalles faciales y gestuales de hasta el personaje más nimio le creaba un conflicto interior a nuestro guionista, que se preguntaba cómo aprovechar y sacar a escena más a cada uno, puesto que le angustiaba "desperdiciar" tanto talento en un tipo que apenas si salía en una página. Lo único achacable a Palma es el hecho de que muchas de esas viñetas de primeros planos quedan acompañadas por fondos planos un tanto insulsos.
Os invito a que, al menos, cuando volváis a pasar por vuestra tienda habitual, preguntéis por este cómic y le echéis un vistazo a su interior. Eso sí, después de hacerlo, ojalá tengáis 24 euros en el bolsillo, porque si no os vais a quedar con todas las ganas...
¡Un saludo!