Hoy os reseñamos la última obra del guionista y dibujante Jaime Martín (Barcelona 1966), un cómic de 160 páginas a color en el que su autor narra de forma autobiográfica el servicio militar de su padre en Ifni (Marruecos) en la época de los 60.
En Las Guerras Silenciosas (Norma Editorial, mayo 2014) no sólo se reviven las batallitas de sobremesa que un padre cuenta a su hijo, si no que muestra el retrato social de los jóvenes españoles, hombres y mujeres, que convivían y sobrevivían en el régimen de Franco y para los que la patria y la sociedad ya había fijado cada uno de sus pasos.
El rol social era sencillo: Tener novia, hacer la mili, casarse y procrear; y mientras, las jóvenes debían esperar pacientes y fieles el regreso de sus futuros maridos, siendo espiadas en muchos casos por sus propios suegros, quienes se encargaban de dar debida cuenta de cada uno de sus actos.
El cómic nos abre el baúl de los recuerdos de los padres del autor, sus deseos y esperanzas y el modo de ganarse la vida que le dejaba la época. Se trata de una historia con continuos saltos al presente que coinciden con el relato del propio Martín por encontrar un buen hilo para su nuevo cómic, inmerso en el proceso creativo y en esas comidas familiares que le ofrecen todo un mundo por descubrir y de las que consigue su pequeño tesoro: El diario de su padre durante su servicio militar.
El protagonista y padre del autor llega a África en 1962, durante el alto el fuego de una guerra contra Marruecos que había sido silenciada por el régimen y de la que en la península no se sabía nada. El NODO sólo se dignaba a calificarla como mero “incidente” o “revuelta de bandidos” sin dar parte de los cientos de muertos, heridos y desaparecidos de ambos bandos.
Y mientras, en esos años se seguía incrementando el número de españoles destinados a Sidi-Ifni, un territorio en angustiosa calma en el que aparentemente no pasaba nada pero en el que los militares se encontraban en continua tensión.
La suciedad, las chinches y el hambre sobre un sol abrasador son las batallas que día a día intentaba librar el protagonista junto a sus inseparables compañeros de comida, el Vasco y el Gitano. Anécdotas contadas en primera persona y acompañadas de fotografías reales que llenan de vida la historia y con las que el lector se siente más cerca de lo que acontece.
Pequeñas artimañas para esconder comida en el interior de las yantas de los camiones o grandes frustraciones que desembocaban en peleas de perros contra el Cabo que finalizaban en el calabozo, son algunas de las viñetas que muestran la cruda realidad que vivían cientos de jóvenes confinados en pabellones de mala muerte.
Cierto es que en Las Guerras Silenciosas no encontrarás guerra pero sí un magnífico retrato histórico y social de lo que fue la mili en aquella época de represión y totalitarismo en el que se vivía bajo la tensión y miedo de los superiores. Una aventura narrada de forma cercana que lleva al lector en un viaje al pasado, que para aquellos que nos gusta este tipo de temática en las novelas gráficas, no nos deja para nada un mal sabor de boca.
Mientras, los verdaderos protagonistas de aquellos servicios militares se fuerzan por recordar de aquello sólo esas anécdotas “bonitas”, esas que todos vemos como las típicas batallitas de abuelos pero que escoden las miserias y penurias de unos jóvenes que se sintieron secuestrados durante 18 meses y que hoy en día, con sus memorias nos regalan algo que sí que tiene valor, el verdadero patrimonio histórico de un país más allá del NODO.
Sólo nos queda aconsejaros a que os animéis a la lectura de “Las guerras silenciosas” aunque la temática bélica no sea vuestro must, porque el contenido social e histórico merece la pena, además de que Martín consigue contarlo de forma muy entretenida. Y para los que si os entusiasma como a mí este tipo de novelas gráficas basadas en la historia española, nos quedamos a la espera de que se haga real el que parece será el nuevo proyecto de Jaime Martín, una obra basada en otra historia familiar. Esta vez la de sus abuelos: Él, voluntario republicano en la Guerra Civil y ella, hábil adolescente que pudo escapar de ser fusilada en los inicios de la contienda.
Y ya sabéis, a partir de ahora, y sobre todo los creativos...no desaprovechéis ninguna batallita familiar porque nunca sabéis qué historia podéis llegar a regalarnos.
¡Que disfrutéis con la lectura!