Planeta nos trajo hace menos de un mes la última novedad de Brian Wood en nuestro país, después del tercer tomo del apocalíptico The Massive que publicó Panini hace tres semanas (el cual reseñamos AQUÍ): Mara, un cómic de ciencia ficción al más puro estilo Aldous Huxley y su Mundo Feliz.
Una portada lo más comunista posible |
Una atleta superdotada y una mega-estrella, Mara Prince es una marca global y la chica viva más famosa del mundo. Pero cuando empieza a manifestar atributos sobrehumanos, su mundo empieza a derrumbarse a su alrededor.
Perseguida por ejércitos y gobiernos, abandonada por amigas y patrocinadores, y vapuleada por los medios de comunicación, Mara Prince se rebela. Rechaza a aquellos que la rechazan y se embarca en una acción global para que toda la humanidad se dé por enterada: No bajará los brazos y no se callará.
Brian Wood se ha alejado un poco de los parámetros a los que nos tenía acostumbrados últimamente para retomar sus orígenes "superheróicos", aunque solo haya sido en apariencia, dado que ese profundo y filosófico mensaje sobre nuestra huella en la Tierra y el rol de la sociedad en un futuro incierto sigue siendo una constante en sus guiones. Que no os confundan las apariencias: Mara no es un cómic de superhéroes para nada. Las capacidades sobrehumanas de nuestra protagonista son solo una herramienta como cualquier otra que Wood podría haber usado para exagerar esa situación de "ser diferente en un mundo regido por una sola y válida vara de medir" y cómo esa diferencia puede hacerte ser vilipendiado, seas quien seas.
Mara Prince es la estrella número uno de la liga mundial de voleibol (el deporte rey en este mundo futurístico anegado por guerras y masacres continuas) con todo lo que ello conlleva: fama, riqueza a base de más y mejores patrocinios, irracional idolatría y responsabilidad...mucha responsabilidad. Es como el Messi o Cristiano actual elevado a la enésima potencia. ¿Os imagináis el escándalo que sería que mañana en la portada del periódico el titular acusara de dopping a alguno de estos astros? Bueno, pues algo parecido en términos periodísticos es lo que vive en sus propias carnes nuestra protagonista: Mara empieza a manifestar sus superpoderes en el transcurso de un partido que estaba siendo televisado por varias decenas de canales y que tenía una audiencia de 150 millones de personas. Ante el visionado de tal increíble e insólito acontecimiento (Prince se mueve poco más que a la velocidad de la luz), el mundo piensa lo más racional y acorde con nuestra naturaleza: Su ídolo ha hecho trampa, y no solo eso, sino que todos sus logros anteriores son puestos en tela de juicio. A partir de aquí, el mundo que conocía Mara empieza a desmoronarse a sus pies, pasando de ser de héroe a villana en días.
En este cómic, Wood nos adentra en un futuro donde la selección natural de los "válidos" ha sido sustituida hace ya mucho por la mano del hombre y los criterios de una sociedad narcisista y sumisa. Las continuas guerras alrededor del globo acrecentaron una situación ya de por sí insostenible que solo apuntaba a una única dirección: la extinción de la especie. Ante tal panorama, los gobiernos mundiales idearon un plan: Invertir miles de millones en el deporte, haciendo de éste no solo un espectáculo, sino un modelo para la humanidad, una válvula de escape a la conciencia y la auto-culpa: lo que Aldous Huxley denominaría "la prisión de nuestra mente", en clara alusión al mito de la caverna de Platón, en el que la población prefiere vivir una felicidad artificial en las sombras, privadas de todo tipo de libertad. Así las cosas, la sociedad empezó a moldearse a través del espejo de la perfección física, el sacrificio en pos de un ferviente patriotismo y el deber para con el Estado que los provee de seguridad y les proporciona una vida "feliz".
La trama gira entorno a la rebelión de Mara contra este sistema que oprime al diferente, aplasta al insumiso y castiga al débil y vencido, sin importar que hace unos días fuera el símbolo de una nación... ¡Qué digo! ¡Del mundo! Aunque en algo difiere el desenlace que nos plantea Wood del que en su día describió Huxley. Este cómic nos deja un mensaje un poco más...esperanzador.
Brian utiliza esta historia como una excusa: una trama que busca más que centrarnos en las vivencias del personaje, reflexionar junto a él sobre la situación que nos propone. El verdadero protagonista de este cómic no es Mara Prince, sino en qué nos hemos convertido y en si nuestras decisiones han tenido sentido o, más importante, si tienen remedio. Mara es solo ese interlocutor que sufre el rechazo y humillación de un Mundo que la necesita, pero que ya no la quiere, y pone de manifiesto una cruda realidad: A rey muerto, rey puesto.
Del mismo modo que en su día pensé que a DMZ (Sin duda, la obra insignia de Wood) le sobraban un par de tomos de pura paja, Mara bien podía ser el comienzo de una significativa y sobresaliente trilogía. Por desgracia, todo parece indicar que nos vamos a tener que conformar con este acercamiento más que correcto al universo de la felicidad encarcelada frente a la miseria libre (¿Será la misma conclusión a la que llegó John el Salvaje la que descubra Mara?).
En conclusión, un Wood al que la guerra, el apocalipsis, la decadencia y la reconstrucción del planeta (y sus evocadores mensajes) le entusiasma, nos regala un muy buen cómic sobre la naturaleza humana, la pérdida de la libertad y humanidad en pos de la seguridad y cómo la felicidad carece de sentido sin su eterna compañera de viaje: la tristeza. 100% recomendable para todo aquel dispuesto a ver un cómic con una superheroína como protagonista que no va de superhéroes ni villanos.
¡Un saludo!
- MiniSpoiler -
Pd. Esta frase del cómic define perfectamente gran parte de lo que he querido decir aquí..."Cualquier cosa que quise, tú me la arrebataste. Cuando la quise recuperar, te burlaste de mí y trataste de hacerme daño. Cuando sufrí bajo tu mirada, me odiaste por ello". Esta frase resonó en mí como cañonazos. Tremendo este Brian Wood que sigue a las puertas de su evolución 2.0 (Si llega, será para grabarlo...)