Serge Ernst (dibujante.- Bélgica 1954) y Zidrou (guionista.- Benoît Drousie 1962) nos traen la primera parte, Pequeño corazón frágil, de una obra llena de dulzura y optimismo en la que nos presentan a Zita, una niña de 13 años dispuesta a organizar por todo lo alto su fiesta de cumpleaños en el hospital Le Goff, lugar en el que lleva desde los cuatro años hospitalizada luchando con coraje contra la leucemia y contra una extraña afección cardiaca que le da más de un susto a los médicos de su planta y que como ella dice, sólo le afecta cuando su corazón no está lleno de amor.
Se trata de una historia dura relatada con los toques cercanos y de humor que sólo una niña podría darle a su diario de vida, y que sólo el sensible guion de Zidrou podría alcanzar. Zita o como todos la llaman, Cabeza de seda, deambula a sus anchas por ese hospital que conoce como su única casa, visitando amigos de planta en planta, regalando sonrisas y arrancando carcajadas a todo aquel que con ella se topa. Y es que esta niña te roba el corazón y más de una lágrima desde las primeras viñetas, esas en las que inicia su historia escribiéndole una carta a la Muerte. Sí a esa de la túnica negra y la guadaña, y a la que acaba preguntando por si llamarla señor o señora por no saber qué esconde bajo su túnica y diciéndole que sintiéndolo mucho, no la invita a su fiesta.
El cómic de la editorial Rossell está plagado de motivos por los que llevártelo a casa o regalarlo, sobre todo si la historia te toca de cerca con alguna vivencia personal, ya que la editorial ha puesto en marcha una solidaria campaña llamada Regala parte del Amor que llevas dentro por la que se ha comprometido a que por cada cómic de Zita que se compre a través de su WEB para enviar a un niño hospitalizado que luche contra el cáncer, la editorial le enviará gratuitamente otro cómic de los que ya tiene publicados y que se ajuste al perfil del niño.
Por todo ello, no es de extrañar el éxito que está cosechando la publicación tanto en Bélgica como en Francia donde ya ha recibido numerosos premios y reconocimientos. Y es que las aventuras de esta pequeña hacen emocionarse hasta al más frío de los mortales y dejan con ganas de esa segunda parte que ya nos anuncian: La banda de los cocodrilos.
No dejes de leerlo si queréis, como dice Zita, llenar de amor el depósito de vuestro corazón, porque el corazón es como el motor de un coche, que de vez en cuando debemos pensar en parar y surtirlo con el cariño de todos los que nos rodean para que se cargue de nuevo y no deje de funcionar en mucho, mucho tiempo.
Lo dicho, compraros el cómic, enamoraros del optimismo y esperanza de Zita y de la suavidad de su “cabe-Zita” en la portada y ¡Que disfrutéis con la lectura!