En los albores de su cruzada contra el crimen, el Hombre Murciélago investiga una serie de asesinatos cuya brutalidad ha alarmado a los ciudadanos de Gotham City. Atípico caso en manos de un James Gordon recién nombrado comisario del Departamento de Policía, que tendrá que lidiar con la responsabilidad inherente a su nuevo cargo... y con la dificultad de superar traumas del pasado.
Archie Goodwin en el año 1992 escribió esta historia de asesinatos seriales que no deja de ser una excusa argumental para presentarnos una dura reflexión sobre abusos infantiles, y lo hace en un marco incomparable al haber elegido a Batman como protagonista de esta trama, al compartir éste ciertos aspectos con las víctimas (recordemos que Bruce Wayne es igualmente huérfano).
Aparte de excelente creador de historias no podemos olvidar la gran labor de Goodwin como editor, ya que suyos son los primeros diseños de lujo para títulos ya clásicos (‘Marvel Graphic Novels’, por ejemplo) o el vistoso y enorme formato de presentación para la primera edición de Gritos en la noche que consistía en tapa dura, sobrecubiertas y un papel de calidad superior que convirtieron a esta novela gráfica en algo más que un simple objeto para atesorar.
Entrando en materia, encontramos a un asesino en serie que está asolando la ciudad con sus atroces crímenes, hecho que está ligado a la aparición de una nueva droga en la ciudad de Gotham.
Hay que mencionar también el excelente trabajo que hace Archie Goodwin con el Comisario Gordon, indagando en su oscuro pasado que afecta de forma directa a la relación con su madre e hijo.
Respecto al apartado gráfico tenemos a un impecable Scott Hampton, el cual sorprende con su estilo pictórico página tras página, alcanzando bonitas resoluciones formales que casan a la perfección con la narrativa de la historia (sólo hay que detenerse en el juego de claroscuros que aporta el dibujante a Gotham, sin lugar a dudas, representada como una ciudad apagada y gris).
En definitiva, Gritos en la noche es una obra importante en el currículum de Batman, más que nada por tratar un tema tan espinoso como es el abuso a menores y con un target muy claro, y que no es otro que el público adulto que siempre espera algo más que los temas manidos de siempre.
Una obra a reivindicar totalmente en un cómodo tomo en cartoné por parte de ECC, y a un precio muy competitivo.
