Otra de las novedades de este septiembre que han caído en mis manos: Estación 16, un cómic publicado por ECC al que ya le tenía echado el ojo desde mediados de julio. Sus autores son padre e hijo: Hermann e Yves Huppen, y no es la primera vez que colaboran juntos (La chica de Ipanema, El diablo de los siete mares). En este caso nos traen una rocambolesca historia al más puro estilo Donnie Darko.
El argumento de Estación 16 es, cuanto menos, estrambótico. No sé si habéis visto el film que os comentaba en la cabecera pero me ha sido inevitable pensar en él a lo largo de este cómic y, de hecho, creo que si no la hubiese visto hubiese acabado el álbum bastante más confundido.
El argumento del tebeo, en resumidas cuentas, podría ser el siguiente: Un equipo ruso recibe una llamada de socorro desde una antigua estación (la 16) donde se realizaban prácticas nucleares (entre otras múltiples cosas) y que se creía abandonada desde hacía 50 años. Al acudir en auxilio se empiezan a suceder extraños fenómenos que producen continuos saltos espacio - temporales sobre nuestros protagonistas como si de un agujero de gusano se tratara; fenómenos de los que no será fácil escapar.
En las 56 páginas que tiene este cómic el ritmo impuesto por Yves es frenético y ágil. ¿Cómo se nos pueden contar tantas cosas en media centena de páginas y no acabar del revés? Yo me interesé en cierto modo por este tema que tratan padre e hijo hace unos años y pienso que ha sido esto lo que me ha hecho no acabar el cómic y decirme "¿Qué es lo que acaba de pasar?". Lo que trato de decir es que no es una trama puramente fantasiosa, sino que existen verdaderas teorías al respecto sobre estos "viajes en el tiempo" (aunque por el momento se hayan quedado solo en eso). El tebeo da bastantes cosas por supuestas que tal vez a algunos nos lleven a una relectura para apreciar esa intensidad de la trama en todo su esplendor y disfrutar de una historia llamativa y bien contada, ilustrada magníficamente por todo un experto a estas alturas.
Acabando; 12 euros de cómic que bien valen una buena lectura aunque, por momentos, parece narrada con un poco de prisa para ajustarse a las exigencias de tamaño y guión, pero que cumplirá las expectativas de todo aficionado a los misterios "sobrenaturales" y bien hilados pese a su más que aparente complejidad. Para ser un tebeo que en poco más de 50 páginas toca tantos temas, el resultado me ha sido más que entretenido y grato, si bien el desenlace de la historia se ve venir con cierta prontitud. Yves, estuviste cerca de ese "Quien mucho abarca, poco aprieta", pero saliste medianamente airoso.
¡Un saludo!