La niebla rueda sobre las descollantes losas de granito y mármol; una fantasmagórica sábana que cubre el lugar de descanso de los muertos. Y el de una que vive. Una que ha sido cazada y perseguida hasta superar el agotamiento, obligada a buscar refugio en lugares como este, lugares que muchos hombres evitan de noche. Pues ella es ajena al mundo que recorre, extraña y sola entre gente que no es como ella.
Pues ella es...Vampirella
Esta cabecera gozó de un gran éxito en los años 70 al aunar altas dosis de erotismo con terror de la vieja escuela, convirtiendo a esta fémina en un auténtico icono hasta llegar a nuestros días.
Esta femme fatale ha sido dibujada por artistas de la talla de Frank Frazetta y Esteban Maroto, pero hablar de la etapa de Pepe González es lo que nos trae hoy por aquí, y sin lugar a dudas tengo que decir que gracias a este dibujante el personaje de Vampirella alcanza la categoría de imprescindible.
En estas historias pertenecientes originalmente a Vampirella Magazine encontramos un gran abanico de historias escalofriantes repletas de seres terroríficos, espectros y demás fauna; Vampirella nos protegerá de todos ellos (la anécdota es que ella procede de Drakulon, con lo que la convierte en una “extraterrestre”), protagonizando así trepidantes aventuras donde prima por encima de todo el magnífico arte de Pepe González y su estilazo inigualable para reproducir la anatomía femenina en todo su esplendor, amén de un impecable trabajo en las ambientaciones y un diseño de página irresistible.
Por otra parte, la edición en cartoné de Planeta es magnífica, incluyendo una fiel reproducción del material aquí incluido, además de todas las portadas a todo color, lo cual redondea uno de esos lanzamientos que hacía falta en este país para recordar a este dibujante, un Maestro como la copa de un pino.
Imprescindible.