En este pasado abril Dibbuks publicaba el segundo cómic de esta pareja de artistas: Tyler Cross, un espaghetti western narrado a la perfección y bajo un ritmo que te hará recorrer sus 96 páginas en un abrir y cerrar de ojos.
Años 50. Tyler Cross es un gánster de sangre fría que, acumulando las desgracias, acaba errando por el desierto con una bolsa llena de droga. Su camino le lleva al pueblo tejano de Black Rock donde reina sin rival la familia Pragg. La bella Stella está a punto de casarse, el viejo Joe se ahoga en su rencor, el sheriff Pragg sospecha de Tyler, quien está atrapado en este nido de serpientes y sin un duro. El enfrentamiento entre el pistolero solitario y el clan está a punto de estallar.
Tyler Cross es una oda a la cultura pulp, las pelis del oeste o las novelas hard boiled. El homenaje al cine es omnipresente: Tarantino, Sergio Leone, Peckinpah o los hermanos Coen vienen a la mente. Los autores han sabido utilizar los códigos clásicos y tradicionales de las obras de género modernizándolos para crear un álbum de ritmo trepidante, balazos y suspense. Un principio explosivo para una serie que deja marcas.
Las páginas finales de nuestra edición desvelarán el camerino de la creación de este álbum con los trabajos preliminares de Brüno y la lista de inspiraciones de Nury, así como los homenajes de los ilustradores amigos (Pedrosa, Vallée, Alary y Guérineau).
Fabien Nury me parece uno de los grandes guionistas franceses de este tiempo, y es que obras como Érase una vez en Francia, Silas Corey, Las Crónicas de Legión o Atar Gull dan buena cuenta de ello; este último cómic, por cierto, ilustrado también por Brüno de forma soberbia.
La forma en la que Nury desarrolla la historia no está al alcance de cualquiera, y es que, en compañía de un más que personal estilo de dibujo, este cómic difícilmente no se te grabará en la memoria, te gusten los western o no. Yo ni mucho menos me declaro un fan de este género, pero debo rendirme a la evidencia del trabajo bien hecho: Con un guión redondo y un dibujo espectacular no caben refinamientos ni paletas de gustos; Tyler Cross te TIENE que encantar, porque...¿A quién no le gusta una buena historia?
Cuando uno ha crecido viendo cada una de esas películas insignies del género negro y del western (como reconoce Nury en los créditos de este cómic) y tiene ese don de mezclar toda esa infinidad de escenas memorables y crear algo nuevo y sorprendente, capaz de vender más de 35.000 copias en Francia en menos de un año y ganar no uno, sino cuatro premios...Sobran las palabras. El propio Walt Disney estrecharía la mano de Fabien y le diría "Así es como se hace".
Por su parte, Brüno hace toda una exhibición de su incomparable arte en estas viñetas, haciéndose valer de las sombras de un modo similar al mismísimo Mike Mignola para recrear siniestras escenas y otorgar a los personajes más carismáticos ese halo de respeto y una figura para infundir temor.
En conclusión...No se me ocurre persona a la que no le recomendase este cómic. El regalo perfecto para ese colega tuyo que cumple este mes.
¡Un saludo!