Bueno, bueno...Tras la extensa entrada que le dedicamos a este cómic (Pretty Deadly en USA) hace un tiempo, ya podéis presuponer las ganas que teníamos de hincarle el diente, y más aún sabiendo que entre sus artistas tenemos a una española (¡Y gallega!).
¿Que si ha cumplido las expectativas? ¿Que si es visualmente impactante? ¿Que si es uno de los motivos por los que existe noviembre? Vamos a averiguarlo...
Sin duda, una de las portadas del año |
Desde la portada hasta los extras, agradecimientos y bocetos finales, este cómic está hecho para destacar, y vamos si lo hace. Tras un dibujo espectacular, un color que lo eleva más allá de la estratosfera, un guión soberbio y una traducción al castellano impecable cortesía de Santiago García (Las Meninas, Beowulf...), solo nos queda lo obvio: cuatro nominaciones a los Eisner 2014 en su debut y uno bajo el brazo: Mejor guionista, mejor ilustradora y portadista y mejor colorista (este último conseguido). No creáis tampoco que lo tuvo fácil (nadie lo tiene): Sus victoriosos competidores fueron Saga, El Resurgir y Ojo de Halcón. Creo no ser ningún visionario si os digo que este año que viene o al otro cambiarán las tornas.
Palabra de Rappel |
Bella Muerte es un western sobre el amor, los celos, el confinamiento y la venganza, aderezado con una mitología única, rica y absorbente. Por tanto, a la primera conclusión que habréis llegado tras esto es que no es un western al uso, y efectivamente, así es. El cómic toma tan solo esta ambientación para contarnos una historia a medio camino entre lo onírico y la realidad. En algún momento se vendió como una mezcla entre Sandman y Predicador, pero tratad esta comparación como cualquier otra puramente comercial. Bella Muerte tiene voz y luz propia, y cualquier comparación con este álbum se queda bastante pobre. De ningún modo estoy diciendo que sea mejor o peor; simplemente, estamos ante otra cosa.
"LLévame a él, pequeño escorpión; pícame, y te partiré en dos" |
El cómic parte de una premisa muy del rollo Disney si me permitís: Una bella joven confinada en una torre (aunque sin brillo en la melena) por culpa de los celos de su marido. Este encerramiento va apagando su luz hasta que un día recibe la visita de la Muerte; sin embargo, lejos de llevarla al otro lado, Muerte se enamora perdidamente de ella y tienen una hija (Ginny). Incapaz de dejarla marchar, Muerte la mantiene una vez más cautiva en su guarida, en mitad de ninguna parte; pero a pesar de ello, algo ya ha cambiado en él y lo ha hecho infeliz: el dolor del amor le ha hecho despreciar su trabajo y decide no volver a matar. Sin embargo, al igual que en la vida, ninguna profesión es para siempre, y todo trabajador es sustituible cuando ya no cumple con su tarea. Entre tanto, Ginny crece siendo una chica rebelde que odia tanto a su progenitor como a la persona que encerró a su madre en aquella torre, y no descansará hasta verlos caer a ambos...
Me cuesta hablaros más sobre qué versa la obra porque ya sabéis que no soy nada amigo de los spoilers y todo lo que os cuente de más sobre la trama sería "destriparos" parte del cómic (de hecho, me he extralimitado un poco, lo siento).
Sobre sus artistas creo que cada una merece mención aparte. Por un lado, Kelly Sue Deconnick es la guionista del tebeo y su trabajo es espectacular lo mires por donde lo mires. La nativa de Ohio hace uso de todas sus cartas para desvelarnos una partida perfecta en la que cada recurso nuevo que utiliza no solo se complementa con el anterior, sino que engrandece aún más lo narrado previamente. A título personal, uno de los que más me ha gustado es el uso de una mariposa y un conejo como narradores de la historia, a un modo muy de fábula como si de dos criaturas que llevasen en el mundo desde el principio de los tiempos se tratara, impartiendo la lección que cada capítulo enseñará a nuestros protagonistas.
Por su parte, Emma Ríos demuestra ser una de las artistas actuales a tener en cuenta y la compenetración con la narración de Kelly hace que, por momentos, parezcan una misma artista que se encarga del guión y el dibujo a la par. El estilo de la gallega es una tremenda mezcla de estilos y folclores entre lo americano, europeo y japonés. Las splash pages, la composición de página y los combates tiene claras reminiscencias al manga, primando en todas ellas los enfoques hacia lo que la artista quieren que veamos (admito que a veces he tenido que "examinar" las escenas minuciosamente para no perderme; lo que es no estar acostumbrado al manga...). Esos pequeños recuadros dentro de las propias viñetas que desgranan la acción como si fueran tomas de cámara me ha recordado mucho al estilo de David Rubín en Beowulf (¡Otro gallego!) y le dan una agilidad a las escenas de lucha tremenda.
Como colofón, Jordie Bellaire (Mara, entre muchos otros) hace un trabajo como colorista del cómic inconmensurable. Hace que las viñetas cobren vida y aporta ese último grano de arena que hacía falta para romper la cuarta pared que nos separaba de la acción.
Sabéis que siempre intento sacarle un pero a los tebeos que leo, pero por más que lo intento no lo consigo con Bella Muerte. Si es que tengo que sacarle alguno (y no es un pero), es que este primer ciclo ha puesto el listón altísimo. ¡Maldita sea! Me cuesta imaginar un segundo tomo mejor... Sus artistas tienen un durísimo trabajo a continuación: mantener el nivel, porque creo que es mucho más difícil mantenerse en la cumbre que llegar a ella. Ya os he dicho que no soy ningún adivino, pero vuelvo a nuestro Rappel del principio para deciros lo que creo que va a pasar... ¡Ya vais tarde si aún no lo tenéis!
¿Sabéis esa sensación al acabar de leer un cómic de que podrías volver a releerlo una y otra vez y no te cansarías? Puede que estemos ante LA NOVEDAD de noviembre.
Como siempre, ¡Un placer y deseando vuestros comentarios!