La Inglaterra de mediados de los años 50 ya no es la que era. Los poderes han instituido ciertos cambios. La Liga ha sido disuelta y desperdigada y el país está bajo el yugo de un gobierno implacable.
Ahora, después de muchos años, la siempre joven Mina Murray y un rejuvenecido Allan Quatermain vuelven en busca de algunas respuestas, respuestas que solo pueden ser halladas en un libro enterrado en las profundidades de su antiguo cuartel. El libro contiene la clave de la historia oculta de la Liga a través de los años: The Black Dossier.
Mientras Allan y Mina ahondan en los detalles de sus precursores, remontando siglos atrás, ambos deben sortear a unos peligrosos perseguidores que están empeñados en conseguir el manuscrito y acabar con los hombres extraordinarios de una vez por todas.
Alan Moore vuelve a reinventarse (y van ya…) en este nuevo capítulo para su The League of Extraordinary Gentlemen, largamente esperada por todos los fans del guionista barbudo.
Una vez leído el tomo, aún no sé muy bien qué pensar sobre esta nueva obra, ya que los distintos niveles de lectura lo alejan de (casi) cualquier continuidad posible con su serie madre, lo cual deja al lector con una sensación de extrañeza.
Centrémonos en la que a mi juicio es la parte más interesante (y densa, por qué no decirlo) del tomo y que no es otra que la dedicada al Dossier Negro: encontramos datos tan curiosos como que Don Quijote fue integrante de la Liga (¡), del origen de la Mona Lisa y de algunas figuras mitológicas de nuestra historia, la biografía de Orlando (pilar fundamental para la historia de la Liga), sabremos un poco más sobre Gulliver, el reclutamiento de Capitán Nemo por parte de Mina Harper….
Lo más original no es lo que se cuenta sino el cómo y aquí Moore alcanza una resolución formal muy atrayente y que apabulla al mismo tiempo (recomiendo atacarlo en pequeñas dosis), lo cual no nos queda otra cosa más que quitarnos el sombrero ante este descomunal despliegue; El guionista británico se vale de tiras de prensa, tiras cómicas, réplicas de documentos de diversos formatos, en definitiva: todo lo que se le ocurra al lector, en estas páginas tiene su cabida; así es Alan Moore.
Destacar las últimas páginas de las aventuras de nuestra pareja protagonista Allan y Mina cuando llegan a Mundo Llameante, una nueva flipada en 3D que se disfruta muchísimo mejor con las gafas que se incluyen en el tomo.
Hay que decir también que como cualquier obra “ambiciosa” podemos encontrar algunas idas de olla que no terminan de cuajar en el resultado final; como ejemplo podríamos mencionar las páginas dedicadas al relato ‘Esa loca e inmensa eternidad’, o las continuas referencias a la cultura más underground que puede descolocar a más de un lector.
A pesar de los peros es una lectura que se recomienda sobre todo a los que ya saben de qué va Alan Moore y por el triunfo de ver por fin este tomo en nuestro país gracias a Planeta.
