Si la semana pasada os hablaba de Suite Apocaliptica, esta vez le toca el turno a la segunda parte de esta saga sin precedentes que es The Umbrella Academy. Nuestro variopinto grupo de "superhéroes" no está en su mejor momento después de los duros golpes encajados en el primer cómic, pero tendrán que aprender a mirar hacia delante para salir con vida de ésta...
Blogueros, comiqueros...¡La vida de JFK está en juego!
Gerard Way, el ganador del Eisner Gabriel Bá y nuestro queridísimo colorista de Hellboy, Dave Stewart, firman una segunda parte para enmarcar, ganadora de tres premios: Eisner a la mejor serie limitada, Harvey a la mejor serie nueva y Premio Book Expo America a la mejor novela gráfica para bibliotecas y adolescentes . La sensación que me ha dejado este Dallas ha sido como cuando descubres que algo que creías perfecto todavía se podía hacer mejor, y que alguien se ha atrevido y lo ha hecho (No, no estoy hablando de Transformers, claro...).
Cada artista de este álbum lo es en mayúsculas. Se me deshace la boca en halagos y mi cabeza no da para procesar tanta maestría, os lo juro. Que Gabriel Bá es un crack ya se sabía: No solo por el hecho de que tenga un Eisner en la hebilla del cinturón y pueda entrar en nuestra retina por la patilla "enseñando la placa", sino porque la expresividad de su trazo lo hace un ilustrador de diez. Si a eso le unes que hubo alguien que dijo "Ey tío, ¿y si llamamos como colorista al tío de Hellboy?" ¡Joder, entonces es que ya la has clavado! Nadie como Dave Stewart si quieres que la atmósfera que se respire en tu cómic sea decadente, salvaje, tétrica y de proporciones mitológicas. Evidentemente, la punta del tridente aquí sobresale como un faro en plena oscuridad: Gerard Way se curra un guión digno del Hall of Fame, y es que los guiños al más puro tarantinianos están servidos junto a unos diálogos de una acidez y agudeza sublime.
¿Cómo vamos a mentir a la prensa si hay un río de sangre sobre el asfalto? ¡Me ha hecho falta una zodiac para llegar al coche patrulla! |
La historia de este segundo arco es tan buena y sorprendente como la de Suite Apocalíptica, y es que si en el primer tomo se trataba de salvar al mundo de un "musical apocalipsis", en Dallas el objetivo es volver a 1963 y cambiar el curso de la historia mientras Kennedy saluda en ese flamante descapotable negro.
Respecto al antagonista, recordaréis que hice mención especial a Violín Blanco en el primer cómic (si no leísteis nuestra reseña, ¡muy mal! No, hombre, os he dejado enlace más arriba cuando la he mencionado). Bien, pues nuestra pareja de malos malvados de este arco...¡Es también TREMENDAMENTE buena! Sus nombres: Hazel y Cha cha; su misión: asesinar a uno de nuestro héroes (Número 5). Todo ellos son pura obra de arte. Para no perdernos en detalles, los explico brevemente: Pensad en dos asesinos cargados de humor negro y pensados a la perfección por el Quentin Tarantino del cómic para desternillarnos con esos diálogos hilarantes y absurdos, con una empatía nula y unos desórdenes de personalidad que siempre acaban con sangre (¿Os ha venido a la mente Pulp Fiction?). Ahora ponedles dos máscaras de peluches en la cabeza. Sin duda, protagonizan los momentos más memorables del cómic.
Gerard Way, the boss (extraída de la web basenjis7.deviantart.com) |
¡Un saludo blogueros!