La verdad es que el cómic americano independiente cada vez me gusta más, y es que la calidad de sus autores es excepcional en muchos casos. Buena cuenta de ello están dando obras como Saga, Powers, la reciente Este del Oeste que tantas buenas críticas ha cosechado, Bella Muerte o el triunfador de los Eisner 2014 (junto a Saga): El Resurgir.
Este cómic que nos ocupa hoy tiene algo más de recorrido que los mentados (salvando Powers), pero sin duda se encuentra entre los adalides del género: The Umbrella Academy: Suite Apocalíptica.
Aunque este cómic salió allá por noviembre de 2011 en formato integral (antes lo había publicado Norma en pequeños tomos de 48 páginas), tuve la oportunidad de hacerme con él hace unas semanas gracias a la recomendación de mi librero favorito: Paco, de Subterránea Cómics (en Granada).
Si bien los protagonistas del cómic son superhéroes desconocidos hasta la fecha, el trasfondo que nuestro elenco de artistas es capaz de darles en menos de 200 páginas es digno de admiración, y es que el álbum nos deja con muchas preguntas por resolver...
Empecemos por el principio: The Umbrella Academy: Suite Apocaliptica es la primera de dos historias que publicó Norma Editorial (la segunda con el sobrenombre de "Dallas") y que nos cuenta las aventuras de unos hermanos de adopción con superpoderes. Estos niños nacieron todos en extrañas circunstancias y manifestaron diferentes virtudes y cualidades conforme crecían. Del total de críos que nacieron así (43), el magnate Sir Reginald Hargreeves pudo adoptar a siete de ellos, a los que educó (y estudió) en su Academia. Lo único que declaró a los medios de comunicación cuando le pidieron explicaciones fue que actuó "para salvar al mundo". En este primer tomo comprobaremos hasta qué punto el viejo tenía razón.
Empecemos por el principio: The Umbrella Academy: Suite Apocaliptica es la primera de dos historias que publicó Norma Editorial (la segunda con el sobrenombre de "Dallas") y que nos cuenta las aventuras de unos hermanos de adopción con superpoderes. Estos niños nacieron todos en extrañas circunstancias y manifestaron diferentes virtudes y cualidades conforme crecían. Del total de críos que nacieron así (43), el magnate Sir Reginald Hargreeves pudo adoptar a siete de ellos, a los que educó (y estudió) en su Academia. Lo único que declaró a los medios de comunicación cuando le pidieron explicaciones fue que actuó "para salvar al mundo". En este primer tomo comprobaremos hasta qué punto el viejo tenía razón.
La historia se encuentra dividida en seis capítulos, de los cuales el primero de ellos funciona a modo introductorio mostrándonos en una mini historieta al más puro estilo Mignola los poderes de cada protagonista a la tierna edad de 10 años. A partir de ahí, el segundo capítulo nos mete de lleno en la trama principal y nos sitúa 20 años más tarde, por lo que de aquellos niños ya solo queda el recuerdo, y las disputas, rencores y egos se han abierto paso entre ellos. Esta historia les hará reencontrarse y volver a hacer equipo para evitar un original apocalipsis al ritmo de música clásica (sorprendente idea ejecutada de una forma brillante).
Este mundo que nos plantea Gerard Way es un futuro bastante "actual", en el que sigue existiendo la vida sobre ruedas, los parques de atracciones, las cafeterías de barrio y las grandes megápolis, aunque a esto se le han unido las pistolas láser y la convivencia con monos inteligentes que trabajan como cualquier otro ser humano y llevan corbata como todo buen abogado. Bajo este marco, la atmósfera ilustrada por Gabriel Bá es muy del estilo de Mike Mignola, y es que no podía ser de otro modo si hablamos que el colorista de la saga no es otro que Dave Stewart (Hellboy): personajes siniestros, historias rocambolescas y retorcidas, trasfondos cargados de misterio y culpabilidad... En definitiva, un cómic que hará las delicias de todo buen aficionado al género y a los cómics que os mencionaba en el encabezado (incluyendo, cómo no, Hellboy).
Varios apuntes sin ánimo de hacer spoiler que me han fascinado:
- El antagonista de la trama: "Violín blanco"; todo un despliegue de creatividad de Gerard, aunque viniendo del cantante de My Chemical Romance esta connotación musical no podía faltar.
- Los titulares de cada capítulo: sensacionalismo y "mignolismo" en estado puro.
En conclusión, un guión que derrocha originalidad y unos lápices y colores con una expresividad y magnetismo fuera de lo común. Imposible no meternos en la trama, no quedar encandilados por ella y la forma en la que se nos va desvelando y no cerrar el cómic deseando saber más y más sobre nuestros protagonistas y su origen. No me extraña que se llevará en su día un Eisner. Ahora voy a por Dallas, así que ya os contaré la semana que viene...
Pd. Otro de los motivos por los que elogiar este integral es la inclusión de cantidad de material adicional, extras, bocetos y demás curiosidades que nos cuentan sus autores.
¡Un saludo!
Pd. Aquí tenéis el enlace a la reseña del segundo tomo: The Umbrella Academy. Dallas.
Este mundo que nos plantea Gerard Way es un futuro bastante "actual", en el que sigue existiendo la vida sobre ruedas, los parques de atracciones, las cafeterías de barrio y las grandes megápolis, aunque a esto se le han unido las pistolas láser y la convivencia con monos inteligentes que trabajan como cualquier otro ser humano y llevan corbata como todo buen abogado. Bajo este marco, la atmósfera ilustrada por Gabriel Bá es muy del estilo de Mike Mignola, y es que no podía ser de otro modo si hablamos que el colorista de la saga no es otro que Dave Stewart (Hellboy): personajes siniestros, historias rocambolescas y retorcidas, trasfondos cargados de misterio y culpabilidad... En definitiva, un cómic que hará las delicias de todo buen aficionado al género y a los cómics que os mencionaba en el encabezado (incluyendo, cómo no, Hellboy).
Varios apuntes sin ánimo de hacer spoiler que me han fascinado:
- El antagonista de la trama: "Violín blanco"; todo un despliegue de creatividad de Gerard, aunque viniendo del cantante de My Chemical Romance esta connotación musical no podía faltar.
- Los titulares de cada capítulo: sensacionalismo y "mignolismo" en estado puro.
En conclusión, un guión que derrocha originalidad y unos lápices y colores con una expresividad y magnetismo fuera de lo común. Imposible no meternos en la trama, no quedar encandilados por ella y la forma en la que se nos va desvelando y no cerrar el cómic deseando saber más y más sobre nuestros protagonistas y su origen. No me extraña que se llevará en su día un Eisner. Ahora voy a por Dallas, así que ya os contaré la semana que viene...
Pd. Otro de los motivos por los que elogiar este integral es la inclusión de cantidad de material adicional, extras, bocetos y demás curiosidades que nos cuentan sus autores.
¡Un saludo!
Pd. Aquí tenéis el enlace a la reseña del segundo tomo: The Umbrella Academy. Dallas.