¡De nuevo a bordo de un ballenero, compañeros! Si la memoria no me falla, hace algo así como 3 meses que estaba hablándoos de la adaptación de Mobydick a manos de Jouvray y Alary (Podéis leer la reseña AQUÍ), y hoy vengo a contaros qué me ha parecido este primer integral de Esteban.
¡Subiros conmigo a bordo de El Leviatán y preparaos para vivir la mayor de vuestras aventuras!
Fue casi la providencia lo que me puso tras la pista de este tebeo y, una vez más, el encuentro cara a cara con él en mi tienda de cómics lo que me hizo decantarme por su lectura. Además, la edición de Norma, que recopila los dos primeros tomos, mantiene un precio asequible para este tipo de cómics: 20 euros por 99 páginas.
Estamos en 1900, entre el Cabo de Hornos y la Antártida. El Leviatán, uno de los últimos navíos balleneros a vela, está en plena campaña de pesca. A bordo, tanto de día como de noche, la tripulación trabaja para transformar la grasa de ballena en el aceite más fino y precioso…
Esteban, obra de Matthieu Bonhomme, es una saga de aventuras que fue publicada en Francia entre 2005 y 2013 por la editorial Milan (los dos primeros números) y Dupuis (los tres últimos). Además, hace un mes chispa más o menos salía en el mercado galo un integral por 39 euritos bastante llamativo.
Este cómic me ha recordado en cierto modo a Nevé, de Dieter y Lepage, dado que ambos abordan la aventura como modo de aprendizaje y madurez de su protagonista, si bien el álbum de Bonhomme mantiene un ritmo bastante más ágil y dinámico en la medida en que el mar y la caza de ballenas no da tanto respiro como la afición por el alpinismo.
Esteban es un cómic exquisito y muy bien tratado. El dibujo tierno, pero oscuro, transmite a la perfección la inmensidad del océano y esa sensación de libertad con tonos más claros y luminosos, alternando con una paleta más oscura y "sucia" cuando se trata de reflejar el transcurso de la vida a bordo de El Leviatán, las bodegas infestas de ratas o la grasa, el aceite y la sangre de los cetáceos. Es curioso cómo le saco un mismo pero que al Mobydick de Jouvray y Alary: demasiados fondos planos, aunque esta coincidencia me hace pensar que tal vez sea yo el equivocado en este punto... Sin embargo y salvando este minúsculo punto, Esteban es de un nivel bastante superior tanto desde un punto de vista narrativo como visual (me duele admitir esto último) a la adaptación de Melville.
La profundidad que va tomando el relato a medida que avanzamos por sus páginas nos da buena cuenta que estamos ante algo más que un cómic en altamar. La eterna lucha del hombre contra el animal, de la fuerza contra la astucia, toman aquí un significado mucho más profundo. A Bonhomme le da tiempo de sobra en estas páginas a mostrarnos no solo lo rápido que la vida te obliga a madurar a veces, sino cómo el orgullo y la ansia de riqueza del ser humano acabará con el planeta. Esteban no solo es una aventura para leerla, ¡sino para vivirla!.
¡Comic Home Baby!
¡Un saludo bloggers!