Hoy reseño este segundo álbum de la saga postapocalíptica que está publicando Yermo Ediciones desde hace un añito: Tierra de Vampiros, de los españoles David Muñoz y Manuel García.
Algo que he de agradecer al mundo del noveno arte es la cantidad de historias sorprendentes que nos está regalando los últimos años, y es que creo que hoy más que nunca, el mercado de cómics se está diversificando y reinventando hacia límites increíbles. Sin ir más lejos, esta temática apocalíptica (últimamente de moda) goza ya de un buen elenco de adalides de altura, y es que artistas como Brian K. Vaughan, Robert Kirkman, Roberto Aguirre o más recientemente, Brian Wood, John Byrne o el propio David Muñoz han cogido las riendas de una temática cada vez más cautivadora. Respecto a lo que nos ocupa ahora, la saga que están firmando Muñoz y García merece un hueco en toda estantería de una amante del caos por derecho propio.
Los que me leéis con cierta asiduidad sabéis ya que este género me encanta y si bien es cierto que el primer cómic de la saga me cautivó (Tierra de Vampiros: Éxodo), esta continuación sirve más como un preludio de lo que está por venir, y me explico: Si en el primer álbum se nos presentaba el plantel, los personajes y muy brevemente el quid de la cuestión al ritmo apocalíptico al que estamos acostumbrados, en Réquiem se ahonda casi exclusivamente en ese quid a través de flashbacks, de tal modo que verdaderamente lo que es pasar, no pasa mucho.
Los que me leéis con cierta asiduidad sabéis ya que este género me encanta y si bien es cierto que el primer cómic de la saga me cautivó (Tierra de Vampiros: Éxodo), esta continuación sirve más como un preludio de lo que está por venir, y me explico: Si en el primer álbum se nos presentaba el plantel, los personajes y muy brevemente el quid de la cuestión al ritmo apocalíptico al que estamos acostumbrados, en Réquiem se ahonda casi exclusivamente en ese quid a través de flashbacks, de tal modo que verdaderamente lo que es pasar, no pasa mucho.
Por ello, tal vez lo que más he echado en falta en este tomo son esos cambios de ritmo en la narración inherentes al género y la sensación de haber pasado de 50 a 100 en segundos. Hemos descubierto no solo el pasado de uno de nuestros protagonistas, sino también hacia dónde parece que vamos a ir a parar; pero a cambio hemos enterrado gran parte de la atmósfera apocalíptica del primer tebeo (O será que me gusta regocijarme en detalles en estas tramas...). Hubiera preferido una repartición del argumento más equitativa entre ambos números, pero también es cierto que las exigencias de un guión con mucho peso detrás y el hecho que tenga que ser una trilogía requieren ciertos "sacrificios" justificables.
No se puede comparar evidentemente con sagas como Walking Dead, en la que el bueno de Robert parece decidido a morir antes que Rick o como The Massive, en las que sus autores se permiten las licencias de publicar álbumes en los que no avanza absolutamente nada la trama principal de la obra. Muchas veces en el equilibrio está la clave (para algunos), aunque salvando este escollo, el cómic no deja de generarnos más y más interés por lo que el destino les reserva a nuestros supervivientes, el cual parece cruzarse inevitablemente con el de la Iglesia de la sangre.
En definitiva: Tierra de Vampiros, Réquiem recoge el testigo de su antecesor con fuerza e intensidad y tal vez su principal defecto haya sido haber recorrido demasiado rápido el trayecto para entregar el testigo al tercer y último tomo, que por cierto, publica Les Humanoïdes Associés en marzo del próximo 2015.
