El genial guionista Steve Gerber da otra vuelta de tuerca en el universo de Superman con una historia ubicada en el sello Otros Mundos de DC.
Si de algo puede presumir DC con respecto a su rival Marvel es del sello Otros Mundos, donde saca a sus personajes de sus colecciones mensuales, en la que los guionistas disponen de poco margen de maniobra, para que protagonicen aventuras conclusivas sin los límites que se imponen al estar metidos dentro de una continuidad. Este es el caso del álbum que hoy nos ocupa...Superman: El último hombre de la Tierra.
Steve Gerber, que nos dejó en 2008 con 60 años, siempre estuvo más relacionado con Marvel, donde creó a Howard el Pato, aunque fue en DC donde realizó sus últimos trabajos.
El origen de Superman es uno de los más icónicos de la historia y conocido por todo el mundo y lo que hace Gerber aquí es cambiarlo por completo y darle la vuelta. El cómic comienza con una Tierra condenada a la colisión con un asteroide. Jonathan Kent conoce la situación y manda a su hijo recién nacido al espacio, llegando a estrellarse en el lejano planeta de Krypton.
En el origen clásico del personaje un joven cryptoniano recorría las llanuras y el espacio natural de Smallville; en esta revisión, Clark está en un mundo tecnológico mucho más avanzado que la Tierra, donde sus habitantes no tienen emociones, el contacto físico ha sido eliminado, la reproducción se realiza mediante úteros artificiales (que recordará a lo visto en Matrix), y la muerte ha sido eliminada. Por tanto, estamos ante una historia de ciencia ficción enmarcada en el universo DC y con Superman como protagonista.
Decir que, ante esta premisa y siendo escrito por Steve Gerber, no me lo pensé ni un segundo, y la verdad es que no me ha defraudado lo más mínimo; la historia es muy amena y tiene todos los ingredientes para convertirse en un cómic de culto. El problema que tengo con el cómic es que toma unos derroteros que yo no hubiera cogido. Viendo esta premisa antes descrita, yo esperaba una historia de Superman enmarcada enteramente en Krypton y sin poderes, ya que estos sólo los tiene en la Tierra, pero al poco de comenzar la trama nuestro héroe encuentra el cadáver de un Guardián y el anillo lo elige a él, dando un giro la historia que personalmente no me gustó demasiado, si bien es cierto que para muchos es lo mejor del tebeo, ya que descuadra al lector que no tiene más remedio que dejarse llevar por este nuevo rumbo que ha surgido y con el que no contaba. Con el anillo, Superman quiere conocer el planeta del que procede y viaja hacia él, encontrándose con su archienemigo Lex Luthor. Esta part,e con Luthor y Zod como los principales enemigos, corresponde a la continuación que realizaran los mismos autores en el 2003, y que ECC recopiló en un tomo. Es este devenir de los acontecimientos lo que me ha dejado un poco frío, pero valorando la historia por lo qué es y no por lo que a mí me gustaría que fuera, sólo queda elogiarla y disfrutarla.
En cuanto al dibujo de Doug Wheatley, decir que es correcto, provisto de un estilo detallista que viene muy bien al cómic, aunque personalmente no es uno de mis favoritos.
En definitiva, una vuelta de tuerca al origen más conocido de la historia del superhéroe y que no va a dejar indiferente a nadie, gustando tanto a fans de Superman como a los que se quieran acercar al personaje.
