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martes, 20 de enero de 2015

YO, ASESINO, UN COMIC DE ANTONIO ALTARRIBA Y KEKO PUBLICADO POR NORMA EDITORIAL

¡Feliz año, amijos! Estas navidades han dejado en el calcetín una obra patria. Hablo de Yo, Asesino, del guionista Antonio Altarriba y el dibujante Keko, editado por Norma. ¡Menudo cómic!



Yo, asesino, es la historia de Enrique Rodríguez, un profesor de Historia del Arte de la universidad del País Vasco que tiene una doble vida, combinando una meteórica carrera profesional con una secreta tendencia homicida que le impulsa a matar cada cierto tiempo por puro placer.

Considerándose a sí mismo una suerte de artista del asesinato, Enrique se distancia bastante del asesino en serie medio que presentan las series de televisión, el cine o la literatura contemporánea. Sin tener una justificación particular más allá de la puramente artística, el protagonista de Yo, asesino entiende el asesinato como un arte que le reporta una placer superior.


Prueba de ello es que no habla de asesinatos, sino de performances. Actuaciones. Todas especiales, únicas. Todas bautizadas concienzudamente como si de cuadros o esculturas se tratase.

A lo largo del cómic, Altarriba ahonda en el retrato psicológico de su asesino a través de varios flashbacks en los que narra sus primeros asesinatos, su particular modus operandi –siempre cambiante-, y sus reglas de oro para no ser atrapado por la policía. Asimismo, la trama podría decirse que se divide en dos actos. En el primero, Altarriba nos muestra el fulgurante ascenso de Enrique en la universidad, a sus rivales académicos, sus relaciones personales y, progresivamente, sus primeros asesinatos. En ellos, Enrique experimenta un cambio, pues desvela su bestia interior, un depredador que él mismo cree que todo ser humano guarda en un recóndito lugar de su ser y que todos domesticamos en mayor o menor medida como consecuencia del desarrollo de la civilización.


En el segundo acto, aún más intenso, un giro de guión marca una intriga entre los académicos de la universidad que puede acabar con la carrera de Enrique. De forma paralela, la policía empezará a sospechar de él y sus relaciones personales comenzarán a derrumbarse mientras nos recuerda sus crímenes más arriesgados, aquellos en los que más se ha expuesto.

Decir que Altarriba ha escrito el guión en estado de gracia sería quedarse muy corto. El protagonista del cómic ofrece una profundidad y una verosimilitud inquietantes, incluyendo, de forma un tanto jocosa quizás, un notable parecido gráfico con su creador. En mi opinión, todo un ejemplo de un personaje memorable, bien construido y con el que se nota que el autor se ha mimetizado completamente. Además, y aunque la trama, dinámica y muy ágil, gira en torno a la figura del asesino, Altarriba se ha permitido incluir veladamente alguna que otra crítica al arte contemporáneo e incluso introducir alguna referencia al terrorismo vasco que enriquecen mucho la lectura.


En relación con el aspecto gráfico del cómic, Keko hace un trabajo soberbio desplegando un dibujo tenebrista empleando en su mayor parte del blanco y el negro, -con ocasionales salpicaduras rojas para la sangre- para dotar a la historia de un toque noir que, en mi opinión, funciona a la perfección. Destacar, además, las viñetas dedicadas a los asesinatos, todas ellas muy impactantes y sin caer en el gore, como considero que demandaba esta obra. Al fin y al cabo, Enrique es un artista de la muerte, no un carnicero sanguinario.


En conclusión, Yo, Asesino es uno de los mejores cómics que he leído durante 2014. Una obra redonda que a buen seguro se verá recompensada en los próximos eventos nacionales del cómic. Merecidísimo lo tendrán los señores Altarriba y Keko. Mi más sincera enhorabuena para ellos.

Y en lo que a vosotros respecta… ¡¿Qué hacéis que no vais a comprarlo con lo que resta de aguinaldo?! ¡CORRED, INSENSATOS!

J.


6 comentarios :

  1. Totalmente de acuerdo, uno de los mejores cómics que se publicaron el año pasado, creo que Altarriba se ha superado, y este Yo asesino me ha gustado más que El arte de volar, y el dibujo de Keko es inmejorable.

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  2. La verdad es que Altarriba y Keko han puesto el listón muy alto. Lo malo es que me he quedado con ganas de más... ¿Habrá secuela? ¿Podría haberla?

    No he leído El Arte de Volar, pero te puedo asegurar que está en mi lista de futuribles. Antonio Altarriba y Keko se han convertido en autores a seguir para mí.

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  3. exelente comic, exelente historia, exelente ambiente! me atrapo desde la primera página!!

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  4. Es una macabra joya xD. Nos plantea la motivación de este profesor de arte para cometer sus crímenes, que él entiende como obras de arte, al mismo tiempo que nos hace reflexionar durante toda la obra sobre si realmente somos inocentes, para él nadie está a salvo de su naturaleza criminal, que nos viene impuesta desde nuestro nacimiento, y que sólo ciertas circunstancias hacen a algunos despertar ese instinto depredador, pero todos lo tenemos. También reflexiona sobre el asesinato como motivación a lo largo de la historia, y por ello piensa que es un arte que no debería estar criminalizado. Para el protagonista sólo son asesinatos los cometidos en nombre de la política, la religión o el poder. Con ello remueve la conciencia del lector y hace replantearse realmente si él es tan culpable y nosotros tan inocentes. Uno de los asesinatos en concreto pone en evidencia la hipocresía de la sociedad: la víctima pasa desapercibida para todos, hasta que la mata, llegando a aparecer en los periódicos y siendo elogiada por su trabajo, hasta le dedican un busto. Como el protagonista mismo dice "En la muerte le di la vida". Escalofriantemente realista. También se mete un poco en el conflicto vasco con el tema del independentismo y ETA, algo intersante.
    El dibujo en blanco y negro de Keko, con ese rojo en ciertos detalles (como la sangre) le dan el toque perfecto a esta oscura y tétrica pero maravillosa historia. Una obra brillante.

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  5. Es una macabra joya xD. Nos plantea la motivación de este profesor de arte para cometer sus crímenes, que él entiende como obras de arte, al mismo tiempo que nos hace reflexionar durante toda la obra sobre si realmente somos inocentes, para él nadie está a salvo de su naturaleza criminal, que nos viene impuesta desde nuestro nacimiento, y que sólo ciertas circunstancias hacen a algunos despertar ese instinto depredador, pero todos lo tenemos. También reflexiona sobre el asesinato como motivación a lo largo de la historia, y por ello piensa que es un arte que no debería estar criminalizado. Para el protagonista sólo son asesinatos los cometidos en nombre de la política, la religión o el poder. Con ello remueve la conciencia del lector y hace replantearse realmente si él es tan culpable y nosotros tan inocentes. Uno de los asesinatos en concreto pone en evidencia la hipocresía de la sociedad: la víctima pasa desapercibida para todos, hasta que la mata, llegando a aparecer en los periódicos y siendo elogiada por su trabajo, hasta le dedican un busto. Como el protagonista mismo dice "En la muerte le di la vida". Escalofriantemente realista. También se mete un poco en el conflicto vasco con el tema del independentismo y ETA, algo intersante.
    El dibujo en blanco y negro de Keko, con ese rojo en ciertos detalles (como la sangre) le dan el toque perfecto a esta oscura y tétrica pero maravillosa historia. Una obra brillante.

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    Respuestas
    1. ¡Hola, Juan Carlos!

      Gracias por tus palabras. Grandísimo análisis y muy acertado. Esta obra no debería pasar inadvertida para nadie a quien le gusten los cómics de serial killers. Es una de las grandes de España.

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