A la hora de continuar reseñando sagas que en su día empezamos en el blog (reseña de Carthago. La laguna de la fortuna AQUÍ), gusto de releer lo que en su día escribí de los anteriores números, además de volver a releerlos si el tiempo ha castigado mi memoria. En este caso en particular, sigo estando bastante de acuerdo con lo que dije allá por entonces, salvando ciertos detalles que se han dado a conocer con esta segunda parte.
¿Vamos a nadar un poco? Aunque tened cuidado, bajo estas aguas hay más de un bicharraco necesitado de un buen banquete que le sacie...
Antes que nada, me gusta recordar las buenas noticias, así que para los más despistados, ¡Norma Editorial publica hoy el tercer tomo de la saga!. Ese cómic supondrá el final de este primer ciclo de Carthago, y hacemos especial hincapié en lo de "primer ciclo" porque en Francia hay publicados otros tres álbumes a modo de precuela de los hechos acontecidos en esta historia, bajo el nombre de Carthago Adventures.
El primer cómic de la saga, publicado en diciembre de 2014, era bastante introductorio, desplegando sobre la mesa tan solo las motivaciones e intereses que movían a cada personaje ante el descubrimiento de que criaturas prehistóricas y creidas extintas hasta el momento campasen a sus anchas por el océano como verdaderas "leyendas vivientes". Este Carthago 2, con el subtítulo de "El Abismo de Challenger", ahonda aún más en ese mito y ya no solo somos testigos de la violencia asesina del megalodón, sino que cocodrilos primos de Godzilla y hasta el mismísimo Yeti contribuyen a llevar la trama un paso más allá en lo que parece haberse convertido en un "todo vale". No me extrañaría nada ver en siguientes números al Kraken, un T-Rex, King Kong o, por qué no, a un Kaiju de nivel seis o siete (tirando por lo bajo, claro). Para mi gusto, una cosa es jugar con que una leyenda sigue viva, lo cual puede quedar exageradamente brutal y dar muchísimo juego, más aún si cuentas con un artista a los lápices de la talla de Eric Henninot; pero otra muy distinta es hacer realidad cualquier monstruo del que se haya oido hablar en el folclore mundial (y cuanto más feo, mejor).
Este punto, junto al hecho de que la narración sigue siendo (por momentos) igual de caótica que en el primer cómic (mucho flashback, muchas tomas en diferentes lugares del globo, muchos personajes insulsos por ahora...) constituyen los principales "peros" de una saga cuya espectacularidad radicó, en un primer momento, en una buena idea y, tras estos dos álbumes, en la soltura y grandeza de su dibujante. Henninot ofrece a diestro y siniestro viñetas a media o página completa que retratan a la perfección la envergadura y bestialidad de nuestras monstruosas criaturas, y su único defecto sigue siendo haber más fondos planos en las viñetas pequeñas que los deseados.
Por ir concluyendo; Carthago es una saga de fantasiosas aventuras que, pese a sus laxos requisitos en lo que se refiere a casting de bicharracos, desarrolla una trama en la que todo parece tener un sentido (aunque hoy por hoy se desconozca) y se vale de unos pinceles que bien valen el tebeo. Mi mayor duda es el hecho de que quedan tantas cosas por explicar y tanto personaje por ocupar un hueco con sentido, que temo que en unas últimas 56 páginas todo vaya a quedar bien resuelto o, al menos, resuelto.
Por otro lado, hay algo que sí está claro tras leer esta epopeya prehistórica: ¿Os acordais de esas famosas "carreras" en verano, entre los colegas, hasta la boya? Bueno, pues he aquí un motivo más por el que no participar en ellas y quedarse en la orilla con un helado fresquito.
-ACTUALIZADA-
Reseña de Carthago 3. El monstruo de Yibuti. Fin de ciclo.
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Reseña de Carthago 3. El monstruo de Yibuti. Fin de ciclo.
