Hoy vuelvo a la aventura fantástica de manos de Le Tendre y Taduc para reseñaros el primer cómic de Garra Blanca, una saga ambientada en una especie de Japón feudal inventado bajo el nombre de Suhiman, donde el mundo se encuentra en guerra por la supremacía de los clanes que intentan gobernar sus tierras.
A esto hay que añadirle algo más de chicha, así que... ¿Qué tal unos dragones?
¡Al tajo!
Nuestro protagonista, Taho el Grande, es un cazador furtivo con una habilidad desconocida para su edad. No en vano, se ha ganado cierta fama por su espada y, sobre todo, por su palabrería. Sin embargo, en su siguiente cacería se topará con un adversario de altura, el temible Dragón Rey, último en su especie y, como su nombre indica, soberano de todas estas criaturas. Además, este reptil resulta ser también el animal tótem de su pueblo natal. Antes de seguir, os aclaro una cosa: cada tribu de esta historia tiene un animal tótem, que vendría a ser como un Dios. Esta creencia está extendida por cada uno de los clanes y, por ende, existen varios animales tótems, como un gorila, un lobo o un dragón. Los pueblos creen fervientemente en que su protección y salvaguarda está ligada a la supervivencia y salud de su animal, por lo que en la guerra que se acaba de desencadenar lo primordial para saborear la victoria es portar la cabeza del "talismán" enemigo.
Taho, ajeno a dicho conflicto y apático ante su pueblo, que fue el mismo que asesinó a sus padres, solo tiene un objetivo en mente: encontrar al verdugo de sus progenitores y pasarlos a cuchillo. Enrolado en una cacería más, el chaval irá a parar a la guarida del gran dragón Rey pero, este, lejos de matarlo, le encomendará la misión de asegurar la supervivencia de su pueblo, transportando su único huevo a las montañas de los dragones de escamas. Para lograr tal cometido, el monarca concederá a Taho un poder muy del rollo "Skyrim". Sin embargo, nuestro protagonista se verá inmerso en la guerra que ha desencadenado el clan del lobo, liderado por Suo, el rojo, antes de poder decidirse si quiera por qué hacer.
Respecto al guión, no me pilla de nuevas el estilo de Serge Le Tendre, y es que hace cosa de un año me leí el primer integral recopilatorio de La búsqueda del pájaro del tiempo, que publicó también Norma, en el que se juntó con Loisel a los lápices. Echando la vista atrás, agradezco profundamente haber leido la historia en dicho formato, ya que recuerdo que, tras terminar los dos primeros capítulos, mi opinión del cómic era nefasta (gracias a Dios, en lo sucesivo la trama se tornó más seria, centrándose en la parte de relato fantástico y de aventura y mejoró con creces, formándome una opinión positiva de la saga en su conjunto).
En este cómic, Garra Blanca, parece que Le Tendre ha cambiado su forma de narrar por una más adulta y menos "cachonda", lo que le ha hecho subir puntos a una trama ya de por sí llamativa. Aún así, el estilo de este francés sigue asemejándose más a una película de animación sobre guerra y dragones que a un film bélico de Spielberg.
En este cómic, Garra Blanca, parece que Le Tendre ha cambiado su forma de narrar por una más adulta y menos "cachonda", lo que le ha hecho subir puntos a una trama ya de por sí llamativa. Aún así, el estilo de este francés sigue asemejándose más a una película de animación sobre guerra y dragones que a un film bélico de Spielberg.
A su lado, Taduc ha sido todo un descubrimiento. Sin duda, un dibujante exquisito y detallista, con un sentido del color muy agradable a la vista. No es que sea para tirar cohetes, dado que por este género han pasado ya grandes ilustradores, pero sin duda es un muy buen narrador para el tebeo.
Lo dicho, amigos, habrá que ver cómo continúa esta saga "manga europea", pero, por ahora, merece la pena que le echeis un ojo si sois seguidores del género.
¡Nos leemos!
Lo dicho, amigos, habrá que ver cómo continúa esta saga "manga europea", pero, por ahora, merece la pena que le echeis un ojo si sois seguidores del género.
¡Nos leemos!