Recién publicada en nuestro país la tercera entrega de las aventuras de este peculiar tejón y con la cuarta entrega a las puertas, reseñamos la segunda parte de esta particular mezcolanza de géneros protagonizada por animales.
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En la reseña que realizamos sobre la primera parte (que puedes ver AQUÍ) ya hablábamos de todo los ingredientes que Bryan Talbot utilizaba para realizar esta obra de género detectivesco, enmarcada en una ucronía steampunk protagonizada por animales antropomórficos.
En esta segunda aventura se nos cuenta un poco más sobre el pasado tortuoso y la personalidad del detective LeBrock, y es que la chispa que propicia la investigación de esta historia es precisamente el carácter de nuestro protagonista, que lucha contra la autoridad, enfrentándose a sus superiores, hasta el punto de llegar a perder su placa.
El cómic arranca con la fuga de la cárcel de un viejo conocido de nuestro tejón: Edward Perro Loco Mastock, un asesino en serie que se fuga justo en el momento en que era conducido hacia la guillotina. La fuga de Perro Loco propiciará una serie de asesinatos con un denominador común y nuestro intrépido detective, acompañado de su camarada Ratzi, tendrá que viajar de nuevo hacia Grandville para dar caza al maníaco y descubrir que estamos ante un caso de mayores dimensiones de las esperadas en un principio.
Grandville Mon Amour nos confirma las buenas sensaciones que nos produjo el primer tebeo, convirtiéndose en una de las series del panorama independiente a tener más en cuenta. Esta segunda aventura ahonda en la personalidad de su protagonista (no así de su compañero, que esperamos que lo desarrollen en entregas futuras) y se nos presenta un caso donde no hay tanta acción como en el primer cómic a cambio de un mayor desarrollo de los personajes.
En definitiva, si te gustan las tramas detectivescas de siempre, con todos los clichés y un protagonista de los de antes, rudo y de gatillo fácil pero con dotes intuitivas que poco tiene que envidiar a los detectives clásicos, sin lugar a dudas esta es tu historia. Pero, si por el contrario, lo tuyo son las ucronías desarrolladas en un universo steampunk, ¡este también es tu cómic! Por lo que pocas excusas encuentro para no seguir las aventuras de estos animales.
