Hoy os traigo el primer número, La Guillotina, de la trilogía de La Cólera de Fantomas de Olivier Bocquet (guionista) y Julie Rocheleau (ilustrador), editado por Dibbuks. Un cómic para los amanes de las historietas sobre crímenes, investigaciones policíacas y héroes, aunque en este caso, más que con un héroe, nos encontramos con un villano. De hecho, el primer supervillano de la historia, muchos años antes de que Jerome Siegel y Joe Shuster dieran vida al archienemigo de Superman, Lex Luthor.
Sí, como estáis leyendo, nos remontamos más de un siglo atrás y nos encontramos con un Fantomas que fue el protagonista y la mente criminal de una serie de novelas policíacas escritas por Marcel Allain y Pierre Souvestre. Desde su primera aparición en 1911, se consolidó como uno de los personajes más populares en la historia del crimen francés, lo que llevó a este villano a aparecer no sólo en más de 40 novelas, sino a cobrar vida tras varias adaptaciones al cine y la televisión. Fue y es sin duda, un personaje de pesadilla, maestro del terror y del espanto, un hombre sin rostro definido, siempre oculto bajo un disfraz, genial actor para con sus víctimas y con una insaciable sed de sangre y venganza.
En este primer capítulo de La Guillotina, viajamos hasta el Paris de 1911 y nos encontramos con una ciudad que ha vivido atemorizada durante 16 largos años por la mayor oleada de sangrientos crímenes que haya conocido la historia, perpetrados por un hombre invencible y comparado con el mismísimo demonio. Por fin, tras años de asesinatos sin castigo, Fantomas espera para ser ejecutado en la guillotina mientras todo un pueblo ansía ser testigo del acontecimiento para así, poder descansar tranquilo. Sin embargo, los acontecimientos darán un vuelco inesperado y aterrador, dejando a la ciudad sin su deseado descanso y más en peligro que nunca.
Aunque no se trate de una temática a la que suela acercarme cuando voy en busca de las novedades ‘comiqueras’, este álbum cayó en mis manos y me enganchó desde el principio. No había oído hablar de Fantomas, motivo que ha podido hacerme aún más adictiva su lectura. Su ritmo trepidante, sus viñetas histriónicas y ese juego con el color que tanto empatiza con la subjetividad del lector hacen que sea un cómic imprescindible para los amantes del thriller policiaco y cómo no, para los seguidores del histórico personaje.