Excálibur, una espada que no sirve para destruir, sino para construir. Una espada que ha estado al servicio de grandes reyes en grandes momentos que hoy forman parte de nuestras leyendas y nuestras crónicas. Una espada que porta la voluntad de Avalón, pues todo aquel que la blande habla en nombre de la isla sagrada.
Esta primera parte de la saga Las Crónicas de Excálibur nos narra los orígenes de la leyenda artúrica, siendo testigos de grandes personajes como Uther Pendragón (padre del futuro Rey Arturo), el mago Merlín o Morgana.
Sin duda, estamos ante una de las novedades de Yermo Ediciones en lo que va de año, y es que si ya nos dejaban anonadados las primeras páginas que veíamos del cómic hace poco más de un mes, una vez leido podemos afirmar, no solo que la edición de Yermo es una de lujo, sino que el guión de Jean-Luc Istin está a la altura de tan tamañas ilustraciones.
Jean-Luc Istin es un guionista francés del que hemos podido disfrutar por aquí anteriormente, y es que no hace tanto desde que Yermo Ediciones publicara otra de sus obras, World War Wolves, allá por navidades (qué lejanas parecen ya, ¿eh? Bueno, los que estuvieran viendo Canal Sur las tendrán más frescas...). Pero este no fue su debut en territorio hispano, y es que Rossell Editorial publicó entre 2005 y 2007 los tres primeros álbumes de su saga Elya. Las brumas de Asceltis, la cual quedó inconclusa como tantas otras de la editorial (de hecho, en Francia van ya por el sexto álbum). Como curiosidad, deciros que en esta primera saga Istin no era el guionista, sino el dibujante.
Por su parte, Alain Brion es otro artista francés con trayectoria en su país nativo y del que aquí pudimos tener noticias hace tiempo, aunque también, desafortunadamente, cayeron en saco roto. Me refiero a Los Rebeldes de Edaleth, de Recerca Editorial, una trilogía de ciencia ficción con muy buena crítica en Francia que aquí quedó inconclusa con solo su primer cómic publicado.
Este integral que nos trae Yermo de Las Crónicas de Excálibur recopila los dos primeros álbumes franceses y nos cuenta el paso de Excálibur por las manos de Uther Pendragón ("Cabeza de dragón" y padre del futuro Rey Arturo) y cómo la espada fue a parar a su mítica roca. Además, seremos testigos de una Britania dividida y asediada por gaélicos, sajones y pictos, del nacimiento de Arturo, del poder de seducción y brujería de las "damas de Avalón" y de la obstinación y detrimento de Merlín, el legendario mago, oráculo y consejero real. Entre sus casi 130 páginas también se nos hará parte del sangriento choque entre paganismo y cristianismo de la época (recordemos que estamos en el siglo V-VI) y el personaje de Morgana irá tomando forma. Como veis, todo un despliegue de envergadura de la mitología artúrica y, el mayor punto a su favor para mi gusto: empezar a contarnos la historia por el principio.
En Francia hay publicados ahora mismo tres álbumes, aunque el cuarto parece que va a salir en breve ya que, de hecho, Yermo tiene programado en su plan editorial publicar la "segunda crónica" este septiembre. La saga, en un principio, va a estar compuesta por seis cómics, así que, una vez pasado septiembre, todo apunta a que tendremos que esperar, como mínimo, a finales del año que viene o principios del siguiente para verla concluir; pero creedme cuando os digo que la espera merecerá la pena. La lectura de este primer tomo ha sido toda una experiencia "religiosa", como diría el bueno de Enrique Churches (¡Ay, quién te ha visto y quién te ve, gañán!).
Tanto a nivel prosaico como gráfico, este cómic exuda calidad a raudales. Jean-Luc teje una trama "relativamente" fiel a lo que conocemos de la mitología artúrica y su capacidad de inventiva y holgada experiencia se hace notar con cada escena. Al unísono, como si de un solo hombre se tratara, Brion despliega toda una paleta de pinceles, sombras y encuadres dignos de admiración, a la altura de la leyenda que están reinventando.
La profecía dicta que aquel que sea digno de portar a Excálibur será el Rey que una toda Britania. No sé vosotros, pero yo no estoy dispuesto a perderme esta ocasión de revivir el mito del Rey Arturo y su Camelot, de volver a ver blandir ese acero legendario bajo el que reza "una espada que no sirve para destruir, sino para construir". Si para colmo, os poneis de fondo la canción de Excálibur - O Fortuna from Carmina Burana, de Carl Orff, no os puedo prometer que no acabeis dando saltos en el sillón, soltando espadazos a diestro y siniestro y sudando (tened cuidado de que el cómic no caiga al suelo).
¿Y sabeis qué es lo mejor de todo? ¡Que esto solo ha sido el principio! Britania todavía está repleta de infieles y saqueadores, y no se van a ir por las buenas. Afilad las armas y, con la primera luz del alba, ¡sabrán que esta no es su tierra!
¡Un saludo, artúricos!
Pd. Yermo, no pareis, ¡por favor!
Jean-Luc Istin es un guionista francés del que hemos podido disfrutar por aquí anteriormente, y es que no hace tanto desde que Yermo Ediciones publicara otra de sus obras, World War Wolves, allá por navidades (qué lejanas parecen ya, ¿eh? Bueno, los que estuvieran viendo Canal Sur las tendrán más frescas...). Pero este no fue su debut en territorio hispano, y es que Rossell Editorial publicó entre 2005 y 2007 los tres primeros álbumes de su saga Elya. Las brumas de Asceltis, la cual quedó inconclusa como tantas otras de la editorial (de hecho, en Francia van ya por el sexto álbum). Como curiosidad, deciros que en esta primera saga Istin no era el guionista, sino el dibujante.
Por su parte, Alain Brion es otro artista francés con trayectoria en su país nativo y del que aquí pudimos tener noticias hace tiempo, aunque también, desafortunadamente, cayeron en saco roto. Me refiero a Los Rebeldes de Edaleth, de Recerca Editorial, una trilogía de ciencia ficción con muy buena crítica en Francia que aquí quedó inconclusa con solo su primer cómic publicado.
Este integral que nos trae Yermo de Las Crónicas de Excálibur recopila los dos primeros álbumes franceses y nos cuenta el paso de Excálibur por las manos de Uther Pendragón ("Cabeza de dragón" y padre del futuro Rey Arturo) y cómo la espada fue a parar a su mítica roca. Además, seremos testigos de una Britania dividida y asediada por gaélicos, sajones y pictos, del nacimiento de Arturo, del poder de seducción y brujería de las "damas de Avalón" y de la obstinación y detrimento de Merlín, el legendario mago, oráculo y consejero real. Entre sus casi 130 páginas también se nos hará parte del sangriento choque entre paganismo y cristianismo de la época (recordemos que estamos en el siglo V-VI) y el personaje de Morgana irá tomando forma. Como veis, todo un despliegue de envergadura de la mitología artúrica y, el mayor punto a su favor para mi gusto: empezar a contarnos la historia por el principio.
En Francia hay publicados ahora mismo tres álbumes, aunque el cuarto parece que va a salir en breve ya que, de hecho, Yermo tiene programado en su plan editorial publicar la "segunda crónica" este septiembre. La saga, en un principio, va a estar compuesta por seis cómics, así que, una vez pasado septiembre, todo apunta a que tendremos que esperar, como mínimo, a finales del año que viene o principios del siguiente para verla concluir; pero creedme cuando os digo que la espera merecerá la pena. La lectura de este primer tomo ha sido toda una experiencia "religiosa", como diría el bueno de Enrique Churches (¡Ay, quién te ha visto y quién te ve, gañán!).
Tanto a nivel prosaico como gráfico, este cómic exuda calidad a raudales. Jean-Luc teje una trama "relativamente" fiel a lo que conocemos de la mitología artúrica y su capacidad de inventiva y holgada experiencia se hace notar con cada escena. Al unísono, como si de un solo hombre se tratara, Brion despliega toda una paleta de pinceles, sombras y encuadres dignos de admiración, a la altura de la leyenda que están reinventando.
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| Fiel a las visiones de Merlín, Arturo vendría a significar algo así como "Hombre-Oso" |
La profecía dicta que aquel que sea digno de portar a Excálibur será el Rey que una toda Britania. No sé vosotros, pero yo no estoy dispuesto a perderme esta ocasión de revivir el mito del Rey Arturo y su Camelot, de volver a ver blandir ese acero legendario bajo el que reza "una espada que no sirve para destruir, sino para construir". Si para colmo, os poneis de fondo la canción de Excálibur - O Fortuna from Carmina Burana, de Carl Orff, no os puedo prometer que no acabeis dando saltos en el sillón, soltando espadazos a diestro y siniestro y sudando (tened cuidado de que el cómic no caiga al suelo).
¿Y sabeis qué es lo mejor de todo? ¡Que esto solo ha sido el principio! Britania todavía está repleta de infieles y saqueadores, y no se van a ir por las buenas. Afilad las armas y, con la primera luz del alba, ¡sabrán que esta no es su tierra!
¡Un saludo, artúricos!
Dani S.
Pd. Yermo, no pareis, ¡por favor!
