En esta ocasión Zidrou (La Mondaine, El Cliente...) y Oriol Hernández (La Piel del oso) nos traen un cuento siniestro sobre la maldad, la vejez, la vida y, por extensión, aquello que lleva aterrando el ser humano desde el albor de los tiempos: La muerte, inapelable, inclemente y definitiva.
En el centro de esta historia nos encontramos a un rey ya anciano que ha conseguido todo lo que ansiaba: ha amado y es respetado y querido tanto por sus súbditos como por sus cuatro hijos, pero eso parece haber perdido todo interés para él, ya que lejos de aceptar la proximidad de la muerte como algo natural, esta dispuesto a lo que haga falta con tal de alcanzar la inmortalidad.
Un día, un siniestro mago se presenta ante el rey asegurando conocer la forma de eludir a la muerte y acabar con el miedo que tanto obsesiona al Rey: “Firma este documento que me nombra esposo de tu única hija y te diré que hacer para no morir....Para sobrevivir deberás comer la carne del más valiente de tus hijos”.
¿Pero cómo constatar de manera empírica cual de sus tres vástagos posee más valor? La respuesta llega al soberano en forma de tres plagas o terrores que azotan su reino: los temblores de la tierra, el invierno helado y las epidemias. Aquel de sus hijos que consiga vencer alguna será, indiscutiblemente, el que le hará inmortal.
Pero aún falta por presentar un personaje crucial en este camino hacia la eternidad, la otra parte del trato: la bella Estelle, excluida de la prueba de valentía. La princesa parece condenada a permanecer a la sombra debido a su condición de mujer, pero cuenta con algo aún mas poderoso: La ambición.
Estamos ante un cómic con una ambientación estupenda: lúgubre, tenebrosa y, por encima de todo, muy bien narrada. El ritmo pausado hace que, con el paso de las hojas, hagamos nuestras las angustias del viejo rey y seamos testigos mudos de cómo su obsesión guía sus acciones, y aunque la premisa del pacto demoníaco para evitar la muerte ya la hemos visto en obras como Fausto o El retrato de Dorian Gray, sería un error quedarnos únicamente con esta idea de la trama, ya que en este tebeo se tratan multitud de temas además de la parca, como el amor (no entendido como amor romántico, sino en un sentido más amplio, como una fuerza, potente e inmenso), el deber o la inmutabilidad o no del orden establecido. Como siempre, los guiones de Zidrou permiten varios niveles de lectura.
En cuanto al dibujo de Oriol, difiere bastante de lo que en su momento vimos en La piel del oso (reseña AQUÍ). El artista utiliza las sombras para plasmar a los personajes no solo física sino también psicológicamente y, de alguna manera, transmite las inquietudes de los protagonistas. Al mismo tiempo, nos encontramos a una Estelle de piel blanca y cabellos dorados, casi etérea, que contrasta muchísimo con la oscuridad que impera en todo el relato.
En conclusión, Los tres frutos es una obra muy conseguida, diferente y bien narrada que consigue no quedarse en el mero cuento y plantea reflexiones muy interesantes. Además, gracias al peculiar uso del color y las sombras, logra recrear una atmósfera opresiva y muy turbadora. En términos generales, un cómic muy recomendable que con el paso del tiempo merecerá una relectura.
Pd. ¡Os dejamos link a la entrevista que le hicimos a Oriol Hernández este mismo año!
Pd. ¡Os dejamos link a la entrevista que le hicimos a Oriol Hernández este mismo año!