El sello Fuera Borda creado por Dolmen se ha convertido en muy poco tiempo en una de las líneas editoriales de más calidad del panorama comiquero patrio, destinado a la recuperación de títulos clásicos del mercado francobelga que nunca habían sido publicados en nuestro país como se merecen. De este modo, nos han llegado colecciones tan reseñables como Quena y el Sacramús, Los Hombrecitos y este Natacha que nos trae hoy por aquí.
Natacha fue creada por el dibujante François Walthéry y el escritor Gos en 1970, donde tuvo su primera aparición en la revista Spirou. Este primer volumen de Dolmen recoge los primeros arcos argumentales del personaje, en concreto cuatro, que tienen los siguientes títulos: Natacha, azafata de vuelo; Natacha y el marajá; Un momento de pánico y La memoria de metal.
La primera aventura sirve como presentación de los protagonistas, la propia Natacha así como el auxiliar de vuelo Walter. Este último me ha descolocado un poco, ya que no es el típico coprotagonista que sirve como alivio cómico de la historia. En ocasiones sí cumple esa función, pero en otras se pone al frente de la situación y actúa de auténtico héroe (con mejor o peor suerte). La primera aventura es quizás la más farragosa argumentalmente, con continuas situaciones de tensión resueltas con más o menos acierto. Aún así, me ha gustado bastante. Esperaba que las primeras historias fueran bastante flojas y que fueran in crescendo, pero la verdad es que esta primera, sin ser la octava maravilla ni un referente, salva el tipo con un aprobado bastante alto y deja una muy buena sensación. La historia cuenta con varios momentos que han quedado para la posteridad, como la imagen de Natacha con varias cabezas de muñecas colgadas en el cinturón para asustar a una tribu o la de Walter escapando de sus perseguidores a nado por un río repleto de cocodrilos. Comentar además que varias escenas fueron supervisadas por el mismísimo Frankin.
El segundo álbum que recopila el cómic sigue la senda marcada por el primero, aunque ya se puede observar una historia mejor pensada desde un principio y con menos improvisación. Estos dos primeros arcos tienen como denominador común el que ambas se desarrollan en lugares exóticos, enfrentándose a enemigos autóctonos entre otros.
El segundo álbum que recopila el cómic sigue la senda marcada por el primero, aunque ya se puede observar una historia mejor pensada desde un principio y con menos improvisación. Estos dos primeros arcos tienen como denominador común el que ambas se desarrollan en lugares exóticos, enfrentándose a enemigos autóctonos entre otros.
Pero es en la tercera y cuarta aventura donde se observa una mejoría notable argumentalmente, dejando un poco de lado las aventurillas y haciéndose más oscura, sin abandonar ese tono paródico que tiene la obra. Esta tercera trama solo cuenta con 18 páginas, y es que una de las características de la serie es que sus historias no siempre tienen la misma extensión. Esta vez cambiamos de guionista, Gos cede el testigo a Wasterlain, que completa un arco bastante redondo, con situaciones mejor construidas y giros más elaborados. Además, el dibujo de Walthéry también parece mejorar, sobre todo en las composiciones de página.
La última aventura del tebeo es la que tiene más tintes de serie negra. De nuevo cambiamos de guionista, esta vez el encargado es Étienne Borgers. La trama arranca con la fuga de otra azafata que es perseguida por unos tipos que se dedican al tráfico de diamantes. Estamos ante la historia más seria del cómic, suponemos que, entre otras cosas, porque durante el proceso de la misma murió el padre de Walthéry.
El tomo lo completan unas 20 páginas de extras que cuentan anécdotas y situaciones bastantes curiosas y reveladoras sobre la obra que tenemos delante.
En definitiva, este primer volumen de Natacha no puede dejarnos mejores sensaciones, sabiendo además que las mejores historias están por llegar. Cabe hacer mención además a la cuidada edición con la que Dolmen nos presenta la obra: tapa dura, cuatro aventuras y bastantes extras. Por todo esto, no tenemos excusa para dejarnos llevar por este vuelo sabiendo que cualquier problema será resuelto por esta peculiar azafata.
El tomo lo completan unas 20 páginas de extras que cuentan anécdotas y situaciones bastantes curiosas y reveladoras sobre la obra que tenemos delante.
En definitiva, este primer volumen de Natacha no puede dejarnos mejores sensaciones, sabiendo además que las mejores historias están por llegar. Cabe hacer mención además a la cuidada edición con la que Dolmen nos presenta la obra: tapa dura, cuatro aventuras y bastantes extras. Por todo esto, no tenemos excusa para dejarnos llevar por este vuelo sabiendo que cualquier problema será resuelto por esta peculiar azafata.
