Al ojear este álbum es inevitable que pensemos en nombres como Tim Burton o Guillermo del Toro, ya que nos encontramos ante una historia aparentemente amable e infantil pero que, en realidad, está más cerca de lo macabro y tétrico.
Vehlmann nos trae un cuento que nos recordará a historias clásicas, desde la omnipresente Alicia en el País de las Maravillas hasta el Señor de las moscas, pasando por los cuentos típicos sobre princesas y príncipes, todo ello narrado mediante el dibujo delicioso de Kerascoët.
Que Fabien Vehlmann es uno de los mejores guionistas del noveno arte no es nada nuevo; obras como Solos (reseñada AQUÍ), Green Manor o Ian nos han encantado, por lo que teníamos ganas de saber qué nos depararía este Preciosa Oscuridad. El argumento es de lo más simple: unos pequeños y en apariencia angelicales seres viven en la naturaleza, entre ellos destaca una especie de princesa que ayuda a sus compañeros, un amable príncipe y una joven solitaria, entre otros personajes que van poblando las páginas con sus dulces rostros. Sin embargo, esa dulzura se ve trastornada cuando en las primeras páginas se observa que estos diminutos seres viven alrededor del cadáver de una niña que se encuentra tirada en el bosque.
La historia es un conjunto de situaciones anecdóticas y bastante macabras que protagonizan estos particulares seres de apariencia angelical, aunque podríamos decir que su comportamiento está más cerca al de los demonios. Todas estas situaciones que nos van narrando desembocan en un crudo final muy en el tono general del cómic. Nuestros protagonistas se integran en la naturaleza que los rodea, pero la naturaleza tampoco es un paraíso (aunque en apariencia es lo que parece), sino más bien un entorno hostil donde los animales demuestran su auténtico instinto de supervivencia.
La historia es un conjunto de situaciones anecdóticas y bastante macabras que protagonizan estos particulares seres de apariencia angelical, aunque podríamos decir que su comportamiento está más cerca al de los demonios. Todas estas situaciones que nos van narrando desembocan en un crudo final muy en el tono general del cómic. Nuestros protagonistas se integran en la naturaleza que los rodea, pero la naturaleza tampoco es un paraíso (aunque en apariencia es lo que parece), sino más bien un entorno hostil donde los animales demuestran su auténtico instinto de supervivencia.
Pero la historia poco o nada tendría que hacer si no fuera acompañada del genial dibujo de Kerascoët, que es el nombre utilizado por Cosset y Pommepuy, conocidos por sus colaboraciones en La Mazmorra y por el tebeo La virgen del burdel. El dibujo es tremendamente dulce y recrea a la perfección este particular universo lleno de belleza y color, que contrasta con los acontecimientos que van sucediendo.
En definitiva, Preciosa Oscuridad no podría tener un título más acorde y, aunque también se podría haber llamado "El dulce gore" o "Bello salvajismo", nos encontramos ante uno de los cómics que más nos van a sorprender e impactar. Si te gustan este tipo de tramas donde se utilizan las armas y los medios de los cuentos infantiles para darle la vuelta y contar una historia adulta y por momentos gore, éste es tu cómic. Podemos decir que es una especie de Tim Burton pero dando un paso más allá, ya que las historias del director americano, aunque intenta darle un tono macabro, no dejan de ser para todos los públicos.
