Entre la cantidad de cómics de Batman que nos trae ECC cada mes me llamó la atención este crossover con Green Hornet, no porque sea un fan del Avispón Verde ni mucho menos, sino por el guionista de la obra y la magnífica portada de Alex Ross, recordándonos a la serie de Adam West. Lo compré sin dudarlo y sin tener ninguna referencia de la misma, ¿ha sido un acierto o en cambio me podría haber ahorrado los quince euros que cuesta la obra? Para conocer la respuesta al enigma tendrás que seguir leyendo unos párrafos más.
Lo primero de todo: tengo que reconocer que me encanta Kevin Smith. Como director de cine ha pasado por varias etapas: en primer lugar revolucionó el cine independiente con Clerks, a la que le siguieron las notables Mallrats, Persiguiendo a Amy y mi favorita, Dogma. A partir de ahí la cosa decayó: el irreverente Smith se volvió ñoño con Una chica de Jersey y ¿Hacemos una porno?, aunque entre medias realizó una excelente segunda parte de Clerks. Después vendría el descalabro total con Vaya par de polis, probablemente una de las peores pelis mainstream que se hayan realizado jamás; pero cuando había tocado fondo resurgió y se reinventó con dos títulos de terror más que decentes: Red State y Tusk. Kevin Smith es conocido, sobre todo, por estos trabajos en el cine, pero es su faceta "friqui" la más valorada por sus fans. Tanto sus conferencias en diferentes universidades donde desentramaba los tejemanejes de la industria del cine, como su reality Comic Book Men, donde junto con sus socios de su tienda de cómics hablan sobre el mundillo y se ve el día a día de la tienda, hacen de Kevin Smith un personaje bastante querido por el fandom comiquero. En cuanto a sus trabajos en el medio, sus guiones tienen varias notas en común: diálogos abundantes y ágiles, mezcla de situaciones llenas de acción con momentos cómicos y se suele demorar demasiado en terminar sus trabajos, por lo que tener un cómic completo de él publicado es casi un lujo (algo tendrá que ver que en esta ocasión lo acompañe al guión el cómico Ralph Garman).
La historia de este Batman'66 arranca con el viaje en tren de Bruce Wayne y Britt Reid junto con el millonario arqueólogo italiano Franco Bollo. Durante el trayecto, el tren será abordado por el General Gumm, el villano de la función, cuya arma para todo es un súper pegamento imposible de despegar (como el Súper Glue cuando cae en los dedos). A partir de aquí, los seis números que forman la historia son un continuo tira y afloja entre el General Gumm, al que se unirá el Joker, y nuestros héroes: por un lado la pareja formada por Batman y Robin y por otro Green Hornet y su socio Kato. Nos encontramos ante un homenaje a la serie de los 60 de Batman, pero no os asustéis, porque yo también detestaba aquella serie y me ponía de los nervios. Aún así, este tebeo me ha resultado una delicia, tremendamente divertido y ocurrente.
Los 80 hicieron mucho bien y a la vez mucho mal al género superheroico. Alan Moore y Frank Miller crearon varias obras maestras del género, convirtiéndolo en algo más oscuro donde el héroe llevaba una carga más que un regalo. A partir de ahí, todo el mundo intentó copiar la fórmula, dejando el colorido de antaño por el tono gris. Por todo esto es de agradecer que de vez en cuando algunos autores se alejen de esa oscuridad y vuelvan a la inocencia de antes, donde los villanos no matan al héroe, sino que construyen un laborioso mecanismo que vaya cortando algo que propicie la muerte mientras ellos huyen. Esta es la baza con la que juegan los autores en este Batman'66, creando situaciones que llevábamos años sin ver con una fórmula que creíamos perdida.
En cuanto al dibujo de Ty Templeton, decir que le va como anillo al dedo, sobre todo por el color, otorgándole un aire muy divertido. De hecho, la sensación es tal que en las peleas de nuestros héroes con los masillas del Joker y del General Gumm se vendrá a nuestra mente la musiquilla típica de la serie y las onomatopeyas de las viñetas cobrarán sonido.
Mención aparte merecen las portadas de Alex Ross, auténticas obras de arte que deberían estar expuestas en museos. Hace poco Aleta nos trajo Masks (reseñado AQUÍ), un crossover pulp donde también aparecía la pareja Green Hornet/Kato, y en el que Alex Ross también hacía las portadas. Podemos decir que Masks fue un cómic y un homenaje a aquellas historias fallido, con un guión un tanto manido y que no enganchaba, unos personajes sin carisma y unos diálogos escasos y llenos de frases lapidarias y un poco tontas. En cambio, este Batman'66 me ha parecido todo lo contrario: cuenta con un guión lleno de giros y con toda la locura de la serie de los 60, cargado de diálogos ágiles (lo que conllevará que no sea uno de esos tebeos que se leen en poco más de media hora) y con un dibujo sobresaliente.
En conclusión, me ha parecido un gran homenaje a aquella serie, mejorándola en todo, porque repito: no soy para nada fan del Batman de Adam West y, aún así, he disfrutado mucho este cómic.