¡Hola, fieles seguidores de JpM! Hoy os traigo una reseña de un álbum francobelga, algo ciertamente extravagante en mi persona, pero resulta que sólo tengo por frontera el eroguro, amijos. Bromas aparte, vengo a hablaros del último rey de los hunos, apodado el Azote de Dios y del que se decía que por allí por donde pasaba no volvía a crecer la hierba. Sí, amijos, me refiero a Atila.
La editorial Yermo ha tenido a bien publicar el primer integral recopilatorio de esta serie bajo el título El Señor del Danubio. El tomo comprende las tres primeras historias:
- Lupa, la loba.
- Las puertas de hierro.
- El Señor del Danubio.
El cómic parte de una bien planteada y larga escena introductoria que sirve para situar al lector en la tensa relación diplomática que existe entre Roma y la hueste de Atila. El Imperio Romano ha conocido tiempos mejores y se ha partido en dos: la sección Occidental con sede en Roma y la Oriental con Constantinopla como capital. La decadencia del imperio ha propiciado que los lobos comiencen a aullar en el exterior de sus murallas, relamiéndose ante la debilidad de los romanos. Mas ningún lobo aúlla tan fuerte como Atila, rey de los hunos. El caudillo, un hombre cruel que ambiciona el poder y ama su propia leyenda, encaja como un guante en el perfil del gran conquistador, figura histórica capaz de despertar admiración a la par que desprecio, incluso ambos al mismo tiempo. Su pueblo, los hunos, no son guerreros sofisticados como los romanos, pero sí muy feroces y despiadados. A lomos de sus caballos, son hábiles jinetes con gran destreza con el arco y están versados en emplear la psicología para aterrorizar al enemigo. Así, los campamentos hunos advierten con varios cadáveres empalados a modo de trofeo el destino que aguarda a los enemigos del Kan. Por ello, no es raro que muchos pueblos y aldeas se rindan ante los hunos con solo saber de su proximidad.
En esta situación, una delegación romana es enviada para mantener calmado con múltiples presentes al Kan, cuyo ejército empieza a extenderse peligrosamente hacia el Danubio, amenazando los dominios del emperador Valentiniano III. Este preludio sirve a Mitton y Bonnett para asentar la base del cómic, siendo su escena más larga y posiblemente la más importante. Vemos a los romanos conscientes de su vulnerabilidad mientras la tensión crece hasta que el Kan hace acto de presencia con una de las escenas más poderosas del tomo. Y también conocemos, al finalizar esta larga introducción que coincide con el primer álbum recopilado, a Lupa, la loba. Lupa es lo que hace a este cómic especial. Una mujer desnuda, salvo por una piel de lobo que usa para cubrir su cuerpo combado por un pasado oscuro. Una mujer que parece conocer demasiado bien Roma, a la que ahora odia profundamente, y que tiene un interés especial por Atila. A partir de Lupa, el Kan no volverá a ser el mismo, abriéndose un intrigante juego de poder en el que el lector se sumerge sin remisión.
El cómic me ha supuesto una grata sorpresa, pues no esperaba una historia tan interesante y con tanta fuerza. Además de bien desarrollada, tiene buenas dosis de intriga, un toque fantástico y excelentes secuencias de batallas. Por si esto no fuera suficiente, los lápices de Bonnett, contribuyen a crear una atmósfera cruda e inclemente que se muestra perfecta dada la naturaleza despótica y cruel del personaje central y la leyenda que pesa sobre el pueblo huno.
Dicho esto, considero que el gran acierto del guionista ha sido concebir a Lupa, una mujer loba que, en lugar de amamantar a los vástagos de Roma, parece más dispuesta a cortejar a ese lobo negro llamado Atila para sus propios fines… ¿Alcanzará Lupa su venganza? ¿Se conformará Atila con conquistar el Danubio? Estas y otras preguntas quedan pendientes para cuando Yermo saque el segundo integral, que ya espero con impaciencia.
+ Lo mejor: La sensación general del cómic es muy positiva, pero destaco por encima de todo a Lupa. No solo es un personaje excelente, sino que Mitton lo desarrolla con cabeza, administrando bien los golpes de efecto relacionados con ella y respetando el halo de misterio que cierne sobre ella desde el principio. Podría llegar a cuestionarse si el auténtico protagonista de la historia es, en realidad, la propia Lupa.
+ Lo peor: La espera hasta el segundo integral. Por el Kublai, dadme paciencia. ¡Y dádmela ya!
Un saludo, amijos. ¡Y un buen cómic!
En esta situación, una delegación romana es enviada para mantener calmado con múltiples presentes al Kan, cuyo ejército empieza a extenderse peligrosamente hacia el Danubio, amenazando los dominios del emperador Valentiniano III. Este preludio sirve a Mitton y Bonnett para asentar la base del cómic, siendo su escena más larga y posiblemente la más importante. Vemos a los romanos conscientes de su vulnerabilidad mientras la tensión crece hasta que el Kan hace acto de presencia con una de las escenas más poderosas del tomo. Y también conocemos, al finalizar esta larga introducción que coincide con el primer álbum recopilado, a Lupa, la loba. Lupa es lo que hace a este cómic especial. Una mujer desnuda, salvo por una piel de lobo que usa para cubrir su cuerpo combado por un pasado oscuro. Una mujer que parece conocer demasiado bien Roma, a la que ahora odia profundamente, y que tiene un interés especial por Atila. A partir de Lupa, el Kan no volverá a ser el mismo, abriéndose un intrigante juego de poder en el que el lector se sumerge sin remisión.
El cómic me ha supuesto una grata sorpresa, pues no esperaba una historia tan interesante y con tanta fuerza. Además de bien desarrollada, tiene buenas dosis de intriga, un toque fantástico y excelentes secuencias de batallas. Por si esto no fuera suficiente, los lápices de Bonnett, contribuyen a crear una atmósfera cruda e inclemente que se muestra perfecta dada la naturaleza despótica y cruel del personaje central y la leyenda que pesa sobre el pueblo huno.
Dicho esto, considero que el gran acierto del guionista ha sido concebir a Lupa, una mujer loba que, en lugar de amamantar a los vástagos de Roma, parece más dispuesta a cortejar a ese lobo negro llamado Atila para sus propios fines… ¿Alcanzará Lupa su venganza? ¿Se conformará Atila con conquistar el Danubio? Estas y otras preguntas quedan pendientes para cuando Yermo saque el segundo integral, que ya espero con impaciencia.
+ Lo mejor: La sensación general del cómic es muy positiva, pero destaco por encima de todo a Lupa. No solo es un personaje excelente, sino que Mitton lo desarrolla con cabeza, administrando bien los golpes de efecto relacionados con ella y respetando el halo de misterio que cierne sobre ella desde el principio. Podría llegar a cuestionarse si el auténtico protagonista de la historia es, en realidad, la propia Lupa.
+ Lo peor: La espera hasta el segundo integral. Por el Kublai, dadme paciencia. ¡Y dádmela ya!
Un saludo, amijos. ¡Y un buen cómic!