¡Muy buenas, amigos! Hoy os traigo mis impresiones sobre este primer integral que acaba de publicar Norma, correspondiente al boletín de novedades de julio: Golden Dogs, una aventura firmada por Desberg y Griffo, ambos ya más que conocidos en nuestro país por sagas como El Escorpión, IR$, Giacomo o Sherman; esta última, obra de la misma pareja.
Habrá poca gente que oiga el nombre de Desberg y no piense directamente en El Escorpión, una de las obras culmen del artista y puede que de la aventura francobelga, en la que se juntó con los lápices de Marini. Este artista belga no se ha caracterizado nunca por tramas de grandísimo calado y profundidad, pero he de reconocer que Golden Dogs me ha dejado un tanto frío aún a sabiendas de ello.
Este cómic que hoy nos ocupa trata sobre la vida y obra de una banda de ladrones en el Londres del siglo XIX, ya sabeis: callejones sucios infestos de pobreza y miseria, prostitución y trapicheos por doquier, crímenes a diario y una sociedad estamental (casi) más distanciada que nunca...Nuestros protagonistas, dos mujeres y dos hombres, pertenecen a esta sociedad y son "hijos de nadie" sin porvenir: Lucrece, una condenada al exilio por unos crímenes desconocidos, Lario, un castrati reconvertido en asesino callejero, Fanny, una prostituta y un último tipo, James Orwood, el más "oscuro" de todos, del que apenas se nos cuenta nada. Juntos forman una banda llamada Golden Dogs, con una filosofía muy de grupo musical que empieza: "La unión hace la fuerza" y, sin ella, son cuatro ratas condenadas en un mundo cruel que les ha dado la espalda.
El guión de Desberg a lo largo de estos dos álbumes que recoge el integral (son cuatro en Francia y ya está la saga terminada, así que el segundo integral cerrará la historia) es bastante simplón, desarrollando una trama que no parece apuntar muy alto ya desde su inicio. Los Golden Dogs se forman para desbancar a la banda rival del momento y para hacerse ricos. Además de eso, hay poco más donde rascar y las posibles subtramas que se enuncian no consiguen darle esa profundidad al cómic que tanto le haría falta. Los protagonistas, pese a sus "oscuros pasados", no despiertan gran interés, y para qué hablar de los antagonistas. Además, para mi gusto la acción gira demasiado entorno al negocio que tiene Fanny entre las piernas, como diría Fito. A su favor, Golden Dogs es un tebeo que creo retrata con bastante precisión el Londres de la primera mitad del siglo XIX, en donde la oscuridad reinaba en los barrios bajos (y no tan "bajos").
Por su parte, Griffo ilustra el cómic con oficio, aunque es de justicia decir que las escenas de acción no son lo que mejor se le dá. Por el contrario, personajes, escenografía y arquitectura casan a la perfección con el contexto del tebeo y con ese aire de inmundicia.
En conclusión, Golden Dogs nos ofrece una historia cuyo mayor pecado reside en un desarrollo un tanto indolente, pero en cualquier caso entretenida y liviana para los que no quieran buscar tres pies al gato (ni los cuatro). Hay bastantes cosas mejores en el mercado ahora mismo, por supuesto, pero también las hay peores; este cómic se queda en mitad de ambos extremos y quizás lo que le sube más puntos sea el dibujo de Griffo, volviendo de nuevo a lo de siempre: no solo importa qué cuentas, sino cómo lo cuentas.
¡La lectura enriquece el alma!