Hace milenios que la Humanidad se ha visto obligada a sumergirse en las profundidades de los océanos para sobrevivir a la radiación solar. Ahora, las depuradoras de aire empiezan a no ser suficientes y los recursos se agotan...parece el fin. Ahora, la esperanza es un delirio del que la Humanidad no puede permitirse despertar.
Así se nos presenta el contexto en esta personal obra de Rick Remender (Black Science, Capitán América) representada por el preciosista trabajo de Greg Tocchini (Last Days of American Crime). Ya en el prólogo, la historia nos avisa de su leitmotiv: cuando apenas hay margen para la esperanza, es cuando más importante es mantenerla viva. Los hombres, antes de hundirse en la oscuridad del océano, mandaron una serie de sondas al espacio, buscando algún planeta habitable que les salvase de la extinción. Pero de eso hace miles de años y ninguna ha vuelto...hasta hoy. Y ese rayo de luz es lo que articula los primeros compases de la arquitrama.
Tengo que decir que Rick Remender pone a prueba a sus personajes como pocos autores se atreven a hacerlo, y lo hace de una manera convincente. Todo encaja y consigue que el difícil mensaje llegue de una manera eficaz: "no importa lo que pase, te levantas y sigues". Mención aparte merece el trabajo de Greg Tocchini. Consigue que cada página sea simplemente preciosa. Las formas son plásticas, los entornos bellos pero opresivos y los ambientes variados.
En definitiva, se trata de un cómic que merece la pena, al que volveréis cuando ya os lo hayáis terminado para leer algunas frases o, simplemente, para disfrutar de las ilustraciones. Un texto en el que se nos dice que, justo el siguiente paso que íbamos a dar antes de rendirnos, puede que fuese el que nos salvase.
