Si hubiera que buscar una portada que definiera a la perfección este cómic, creo que la búsqueda concluiría a los pocos segundos...No puede haber una imagen que cuente más sobre este álbum que la que tenemos delante...Llamadlo Julio Verne, llamadlo steampunk, llamadlo ciencia y romanticismo o llamadlo simplemente aventura, pero yo tengo claro que cómics como este son los que hacen grande al noveno arte...
Alex Alice es un artista francés más que consagrado en este arte. Aquí vivimos sus comienzos como dibujante de la saga El Tercer Testamento (Glenat y EDT) junto a otro grande como es Xavier Dorison, en el que sus pinceles desplegaban sobre el tablero una trama de conspiraciones eclesiásticas y proporciones "divinas", nunca mejor dicho. Tras quedar maravillados con esta tetralogía, Alice decidió adentrarse en el mundo de la mitología nórdica por su cuenta y firmó, probablemente, una de las mejores sagas vikingas de lo que llevamos de historia, bajo el nombre de Siegfried (Norma Editorial; por cierto, la editorial catalana prepara un integral de esta trilogía para finales de año). La épica, emoción y fantasía que se respiraba en esta saga no solo alzaban a Alex como uno de los dibujantes francobelgas a tener en cuenta, sino que disipaban cualquier duda que uno podría haber albergado respecto a su faceta como guionista. La profundidad de la trama, su minucioso desarrollo, el ritmo de la narración y la madurez de sus palabras lo hicieron calar muy hondo en la mayoría de corazones que, como el mío, suspiran por este pueblo de cascos cornudos, largas barbas y sangrientas hachas que tanto ha bebido de mitos y leyendas.
Tras esta trayectoria intachable, sus pinceles y colores se han tornado más hacia el "manga europeo" (en ciertas partes hasta dando una sensación abocetada) y la acuarela, evolucionando hacia un tono onírico y de ensueño, digno del cómic del que hace un par de meses hemos podido disfrutar aquí gracias a Norma Editorial: El Castillo de las Estrellas, del que es imposible no "despegar" del sillón con tan solo su portada. Esta saga encarna, en gran parte, el espíritu verniano por la aventura, retomando el significado más puro y romántico de la palabra. Estamos en 1869, la ciencia avanza inexorablemente en pos de algo que llaman "progreso" y todavía quedan algunos que se preguntan...¿Cuándo decidimos que caminar hacia delante era el futuro? A todo esto, el cómic también nos ubica en un contexto histórico concreto: Otto Von Bismarck, ministro del Rey de Prusia, está llevando a cabo un plan para acabar con la fragmentación del territorio alemán y unificar todos los reinos, ducados y principados en un único "Reich". Por último, hemos de sumar, cómo no, el ingrediente más especial: la aventura fantástica. Hay algunos que creen en algo llamado "éter", una energía capaz de trasladarnos a miles de kilómetros en solo segundos (en griego, "el aire más puro de las montañas") y, como todas estas cosas, hay quien lo pretende con buenas intenciones y quien lo desea con otros fines más..."totalitarios".
Sin duda, nos encontramos ante una primera parte (de dos) que cumple con creces todas las expectativas que había depositado en esta aventura soñada, y os confesaré que no era nada fácil de superar la imagen idolatrada que me había hecho yo mismo. Una vez más, Alex Alice demuestra ser mucho más que un referente en el género de la aventura y fantasía europea y nos deleita con una estética steampunk tan bella que es imposible no cerrar el cómic deseando que llegue ya la segunda parte.
Por cierto, el verano pasado hablé ya de esta saga en el blog y os estuve contando algunas curiosidades sobre cómo se ha ido publicando en Francia (una maravilla), así que os dejo el enlace AQUÍ para quien esté interesado en profundizar un poquito sobre la misma.
¡La lectura enriquece el alma!
Pd. Este primer tomo nos regala grandes frases y citas para el recuerdo y queda de diez con un variado material extra, entre el que destacan bocetos, planos tremendamente detallados de naves y mecanismos y una entrevista al autor.
"No sabían que era imposible, así que lo hicieron"
Tras esta trayectoria intachable, sus pinceles y colores se han tornado más hacia el "manga europeo" (en ciertas partes hasta dando una sensación abocetada) y la acuarela, evolucionando hacia un tono onírico y de ensueño, digno del cómic del que hace un par de meses hemos podido disfrutar aquí gracias a Norma Editorial: El Castillo de las Estrellas, del que es imposible no "despegar" del sillón con tan solo su portada. Esta saga encarna, en gran parte, el espíritu verniano por la aventura, retomando el significado más puro y romántico de la palabra. Estamos en 1869, la ciencia avanza inexorablemente en pos de algo que llaman "progreso" y todavía quedan algunos que se preguntan...¿Cuándo decidimos que caminar hacia delante era el futuro? A todo esto, el cómic también nos ubica en un contexto histórico concreto: Otto Von Bismarck, ministro del Rey de Prusia, está llevando a cabo un plan para acabar con la fragmentación del territorio alemán y unificar todos los reinos, ducados y principados en un único "Reich". Por último, hemos de sumar, cómo no, el ingrediente más especial: la aventura fantástica. Hay algunos que creen en algo llamado "éter", una energía capaz de trasladarnos a miles de kilómetros en solo segundos (en griego, "el aire más puro de las montañas") y, como todas estas cosas, hay quien lo pretende con buenas intenciones y quien lo desea con otros fines más..."totalitarios".
Sin duda, nos encontramos ante una primera parte (de dos) que cumple con creces todas las expectativas que había depositado en esta aventura soñada, y os confesaré que no era nada fácil de superar la imagen idolatrada que me había hecho yo mismo. Una vez más, Alex Alice demuestra ser mucho más que un referente en el género de la aventura y fantasía europea y nos deleita con una estética steampunk tan bella que es imposible no cerrar el cómic deseando que llegue ya la segunda parte.
Por cierto, el verano pasado hablé ya de esta saga en el blog y os estuve contando algunas curiosidades sobre cómo se ha ido publicando en Francia (una maravilla), así que os dejo el enlace AQUÍ para quien esté interesado en profundizar un poquito sobre la misma.
¡La lectura enriquece el alma!
Pd. Este primer tomo nos regala grandes frases y citas para el recuerdo y queda de diez con un variado material extra, entre el que destacan bocetos, planos tremendamente detallados de naves y mecanismos y una entrevista al autor.
"No sabían que era imposible, así que lo hicieron"