¡Qué queréis que os diga! Si hace unas semanas os hablaba del primer tomo de El Mercenario (teneis su reseña AQUÍ), hoy os traigo mis impresiones sobre el segundo número de este personaje, y me parece un acierto que Ponent Mon esté reeditando esta saga, ya que a día de hoy todo el material antiguo está más que descatalogado y es ciertamente complicado de conseguir (estamos hablando de 13 álbumes en total).
¿Vemos qué tal continúan las peripecias de nuestro guerrero?
En la reseña del primer tomo nos detuvimos a hablar un poco de los orígenes del protagonista y de algunas cualidades que hacen de esta colección algo único, entre la que se encuentra, como no podía ser de otro modo, el dibujo de Segrelles al óleo. No en vano, los pinceles del artista catalán se vuelven a llevar de calle un cómic cuyo guión es apenas una excusa para disfrutar de lo que casi podríamos definir como un “artbook”. Aunque intento reseñar cada álbum en particular, me es inevitable repetirme en ciertos parámetros de este periplo, como son el impresionante apartado gráfico (de hecho, a lo largo de las 16 páginas de extras que incluye el tomo, entre las que se encuentran bocetos, ilustraciones que bien parecen fotografías si no te fijas con esmero y curiosidades que nos cuenta el autor, Vicente nos confiesa que solía tardar unos 10 días en ilustrar una página al completo).
Dicho esto, y aunque el guión de este segundo cómic sigue la estela del primero (trama sin complicaciones ni sorpresas, poco texto y final con cierta “chispa”), en La Fórmula asistimos a la primera aparición de algunos personajes claves en las aventuras que están por llegar en El Mercenario y al primer encuentro con el villano por antonomasia de la saga, amén de la entrada en escena de la alquimia y sus peligrosos “secretos”. Segrelles vuelve a deleitarnos con unas escenas aéreas que roban el aliento y con un detallismo y afán perfeccionista que dice tanto de la saga como del artista que hay detrás, rozando casi lo que parecía inalcanzable. Hay secuencias en las que se puede notar el deleite del autor al “pintarlas” y cómo ese sentimiento lo traslada al papel y, por ende, a sus lectores. Cosas así son las que hacen que, aunque la trama sea en cierto modo lineal, esta saga sea (casi) obligatoria para todo amante de la fantasía.
Como decía Manuel E. Darias Darias (crítico de historieta español galardonado con el Premio a la divulgación en el Salón del Cómic de Barcelona de 2008) en la introducción que hizo al primer álbum de El Mercenario en 1982, “El Mercenario ha quedado como algo diferente y sin deseos de asombrar ni confundir. Lo que se ofrece está a la vista, sin ninguna doblez, sin concesiones a la galería”.
Estais a tiempo de haceros con esta saga de una vez por todas; hacedme caso, no os vais a arrepentir…A veces, apetece una lectura más amena que te permita detenerte cuanto quieras en el mundo que son capaces de enseñarte unos pinceles, ¿no? A veces, solo hace falta una "excusa"...
¡La lectura enriquece el alma!
Como decía Manuel E. Darias Darias (crítico de historieta español galardonado con el Premio a la divulgación en el Salón del Cómic de Barcelona de 2008) en la introducción que hizo al primer álbum de El Mercenario en 1982, “El Mercenario ha quedado como algo diferente y sin deseos de asombrar ni confundir. Lo que se ofrece está a la vista, sin ninguna doblez, sin concesiones a la galería”.
Estais a tiempo de haceros con esta saga de una vez por todas; hacedme caso, no os vais a arrepentir…A veces, apetece una lectura más amena que te permita detenerte cuanto quieras en el mundo que son capaces de enseñarte unos pinceles, ¿no? A veces, solo hace falta una "excusa"...
¡La lectura enriquece el alma!
