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miércoles, 8 de julio de 2015

KENIA, UN COMIC DE RODOLPHE Y LEO PUBLICADO POR ECC EDICIONES

Kenia, 1947. En las inmedicaciones del Kilimanjaro se produce la desaparición de un safari organizado por el escritor americano John Remington, dando continuidad a una serie de incidentes y avistamientos que los lugareños relacionan con viejas leyendas y criaturas ancestrales; misterios que suscitan el interés de las grandes potencias internaciones, sumidas en plena Guerra Fría...



¡Bienvenidos a Kenia, compañeros! Este cómic ha sido una de las últimas novedades que nos ha traido ECC Ediciones dentro de su línea editorial europea, y lo primero que hay que hacer es dar las gracias, porque la verdad es que sí, en tamaño reducido, pero cinco álbumes por 25 euros no es algo que se vea todos los días, amén del tiempo de espera que nos han ahorrado al traerlo recopilado en un solo y único integral.

Los autores de este tebeo, Rodolphe y Leo, eran ya conocidos en nuestros país y, además, ya los hemos visto trabajar juntos en Trent, saga que actualmente nos está trayendo Ponent Mon (queda por salir el tercer y último integral). Por separado lo cierto es que Rodolphe no ha destacado demasiado en el panorama patrio, o al menos eso me ha parecido a mi con su Ciudad de Ys. Sin embargo, Leo es un verdadero hacha en lo que a ciencia ficción "ecologista" se refiere, como ya demostró con su Aldebarán y Betelgeuse, ambos cómics recopilados en sendos integrales de tamaño reducido por Planeta Cómic. Por cierto, y aprovecho para hacer un breve inciso (y llamamiento indirecto que espero apoyeis en los comentarios): Sigo soñando con el día en que veamos Antares y Los supervivientes del Atlántico por aquí, continuaciones de esta serie que os mencionaba de Leo...

Kenia es un cómic en el que, aunque guión y dibujo corren a cargo del brasileño (Leo), Rodolphe ha participado también en la trama y, sobre todo, en los diálogos del tebeo. La premisa de la que parte el tomo no puede ser más sugerente, a mi modo de ver: un safari desaparecido, misteriosas y monstruosas criaturas que se creían extintas campan por la sabana africana y unos luminosos objetos voladores no identificados han aparecido por la zona las suficientes veces como para que el Área 51 se quede en una broma sin gracia. A todo esto, nuestra protagonista, Miss Austin, será enviada por los británicos para averiguar qué está sucediendo (aunque no parece ser la única infiltrada). No olvidemos el contexto en el que estamos: 1947, la II Guerra Mundial hace bien poco que terminó y la Guerra Fría no ha hecho más que empezar (de hecho, no terminaría hasta 1991): Capitalistas (liderados por los americanos) y comunistas (encabezados por los soviéticos) inician un conflicto de origen polícito e ideológico (fundamentalmente) en el que una cosa está clara: "al enemigo, ni agua".


Tras este telón de fondo (o de acero, mejor dicho), nuestra Miss Austin y su "cuadrilla" se verán inmersos en una investigación que, a medida que avanza, no hace sino crearnos aún más expectativas de las que ya de por sí nos da la sinopsis del tebeo. ¿Merece la pena tanto misterio, finalmente? Bueno, esta no es una pregunta nada sencilla, pero me arriesgaré a responder: Leo y Rodolphe salvan una trama ya de por sí pretenciosa, aunque sin duda el desenlace no es, ni mucho menos, la guinda del pastel. Eso sí, el "pastel" está tremendamente rico: el desarrollo de la historia y el ritmo de la acción no podían haber sido mejores, y la mezcla entre "monstruos", avistamientos, leyendas e investigación está casi medida cual maestro repostero. No penseis que se trata de un revoltijo sin sentido, ni mucho menos. Además, la maestría de Leo a la hora de ir desgranando la investigación y sus sorpresas no está a la altura de muchos artistas que digamos.


En detrimento de ello, he de admitir también que el desarrollo y carisma de los personajes deja un tanto que desear, en especial el de los masculinos, pero tampoco es algo tremendamente nuevo: en Aldebarán y Betelgeuse el papel predominante también lo manejaban las figuras femeninas y el rol masculino suele estar reducido al tipo salvaje, primario y libidinoso o al "encandilado" por la protagonista, dejando en un término medio a algunos personajes que no aportan gran cosa al tebeo.

Salvando este escollo, el cómic es pura aventura y ciencia ficción, aunque en esta vez Leo haya escogido un paisaje más conocido y "real" para su periplo. En otro orden de cosas, el dibujo del brasileño sigue al pie del cañón: su trazo no destaca por su espectacularidad ni dinamismo (de hecho, más bien es en cierto modo estático), pero tiene un estilo que lo hace diferente al resto, sin tener que envidiar otras manos más "modernas", por así decirlo. Algunas expresiones faciales son un tanto toscas, pero sin embargo Leo sabe transmitir a la perfección el suspense y ese "miedo a lo desconocido" en la mirada de las criaturas que inventa. Creo que no me equivoco si afirmo que este cómic perdería gran parte de su esencia con otros lápices.


Lo dicho, amigos: Si sois seguidores de Leo desde sus orígenes, ni lo dudeis. Si estais siguiendo Trent y os está gustando, ni lo penseis. Si no conocíais a estos autores hasta el momento y os va la aventura y ciencia ficción, esto lo vais a disfrutar; y si vuestro problema es que temeis el manido "quien mucho abarca, poco aprieta", yo os saco de dudas: Sí, peca de presuntuoso y el final seguramente no cumpla todas vuestras expectativas, pero creedme si os digo que el viaje habrá merecido la pena; no será un diez, pero seguro que teneis decenas o centenas de cómics en la estantería que tampoco lo son, ¿no?

¡La lectura enriquece el alma!

Pd. En Francia este año ha terminado la publicación del segundo arco argumental de esta saga, bajo el título de Namibia (otros cinco álbumes), así que cabría esperar que ECC nos la traiga tarde o temprano (¡Gracias a Dios!).



Dani S.