El ciclo del fuego corresponde a los álbumes séptimo y octavo de esta saga de Hub, en la que se nos cuentan las aventuras de un grupo de cazademonios liderados por un ronin llamado Okko a lo largo del Japón feudal y mitológico.
Este álbum corresponde a uno de los "rescates" que ha protagonizado la editorial catalana, y es que años atrás fue Rossell Ediciones la que nos trajo los seis primeros álbumes de la serie, correspondientes a los ciclos del agua, aire y tierra respectivamente, quedando la saga inconclusa hasta este pasado mes de abril, en el que Carles Muñoz, editor jefe de Yermo Ediciones, comunicaba su intención de retomar este "manga europeo" por donde se quedó. No os alarmeis, las noticias para los que no pudisteis disfrutar de la ópera prima de Hub en su momento (hoy día los primeros tomos son bastante complicados de conseguir) no pueden ser mejores: No solo podeis leer este ciclo sin haber leido los anteriores (cada uno de los cuatros que van publicados nos cuenta una aventura diferente de nuestros protagonistas), sino que, con un ritmo semestral, la editorial pretende ir reeditando los anteriores álbumes, recopilándolos en un integral que englobe cada ciclo, como ha hecho con este. Por tanto, ¡en octubre llegará el primero, Okko. El ciclo del agua!
Una vez hecho este breve paréntesis, vamos con este Ciclo del fuego. En esta aventura, nuestros protagonistas serán contratados como servicio de seguridad en un enlace que pretende unir a dos de las familias más poderosas de Japón, Pajan y Yommo, para acabar con la guerra que consume el país. Como podeis imaginaros, el ambiente de traición y conspiraciones que se respira a lo largo del primer álbum va en aumento hasta un desenlace del todo inesperado, en el que, una vez más, Hub vuelve a demostrar su maestría con los pinceles y la madurez de sus guiones, en los que se respira un amor por los giros "teatrales" y las resoluciones katana en mano.
Para mi gusto, no estamos ante el mejor de los ciclos de la saga, pero sin duda mantiene el listón a un nivel rara vez alcanzado por otros compatriotas del género. Sobre todo, lo que me sorprende más de este tipo es la tremenda y equilibrada combinación a la que llega entre los personajes protagonistas, la trama de cada ciclo y un grafismo que se ve elevado a la estratosfera con la ayuda en los colores de Li. Quiero que me entendais cuando hablo de esta saga, ya que más que un conjunto de historias autoconclusivas (que lo son), es un todo en el que nuestros protagonistas van sufriendo los debacles del destino y en el que, aunque apenas se ahonda en su pasado (salvo en el caso de nuestro protagonista, Okko), acabamos sufriendo y emocionándonos junto a ellos. Cada ciclo tiene algo que lo hace imprescindible:
-Agua. La primera toma de contacto con nuestro grupo y una trama fantástica a la par que cruda.
-Tierra. Una primera parte bastante plomiza, pero un nudo y desenlace espectacular. Creo que no me equivoco si os digo que tiene el mejor final de los cuatro ciclos.
-Aire. Por ahora, el más potente. Sin duda, nos encontramos con el villano más carismático de la saga y el único capaz de plantar cara a nuestro grupo. Además, ahondamos un poquito en el pasado de Okko.
-Fuego. La tensión y las conspiraciones están servidas. Un giro tremendo de los acontecimientos que nos presentará un final del todo inimaginable.
Para los que no la conocieran hasta hoy, sin duda es una oportunidad de oro para reengancharse a este variopinto grupo de caza recompensas compuesto por un ronin, un monje invocador de espíritus y kamis (y con una "ligera" tendencia al sake) y una especie de hombre-demonio del que poco se sabe aún, pero que cuando se trata de repartir sin duda se come las viñetas él solo (y ojo, que en otros ciclos lo vereis en su pleno apogeo).
Para los que ya venís de vuelta del baile, este Ciclo del Fuego será toda una grata sorpresa, aunque más por la espera que por la trama en sí del mismo. Otras aventuras como la del Agua o, sin género de dudas, la del Aire quedan un poquito por encima, pero una saga como esta no puede ser sino una compra obligada para todos los amantes del Japón mitológico. Además, la cosa no acaba aquí. Hub está ahora inmerso en el que parece será el último ciclo de su Okko, que llevará el subtítulo de El ciclo de la vida...
¡La lectura enriquece el alma!