Hay quien piensa que la infancia debería ser eterna; otros, como yo, nos sentimos agusto con el paso de los años, pero sí es cierto que siempre hay cosas que uno echa de menos. Pistuví es una bellísima fábula acerca del inexorable avance del tiempo, en la que un tono ciertamente melancólico y el continuo ir y venir de metáforas nos harán reflexionar sobre, como diría Sabina, "quién me ha robado el mes de abril".
Merwan (Bel Age, El oro y la sangre) y Gatignol, del cual disfrutamos por primera vez en castellano, realizan esta obra en la que cada uno de sus protagonistas viene a significar algo diferente. Pistuví es un cómic del que creo que no hay dos lecturas iguales dada la inmensa cantidad de mensajes y posibilidades que nos dan sus casi 200 páginas.
Leyendo algunas sinopsis por la red, me ha llamado la atención una de ellas, en la que se le define como una lectura casi inclasificable (entre otras muchas cosas). Es cierto que este tebeo es complicado de etiquetar (que no de entender), en parte por la confusión que produce una lectura tan amena y ágil a la vez que profunda y cargada de sentimiento. El dibujo de Gatignol es eminentemente "manga europeo" y la mayoría de las viñetas guardan poco texto, siendo un cómic que se lee verdaderamente rápido si lo comparamos con el número de hojas que tiene. Sin embargo, es en captar toda su simbología donde radica toda su belleza, pero antes de seguir, os dejo con su "argumento"...
Pistuví es un pequeño zorro que vie con Jeanne en una cabaña en lo altor de un árbol gigante situado en medio de grandes llanuras. Un inmenso "hombre tractor" recorre esos espacios infinitos, segando sin parar. El viento, una magnífica mujer de ondulantes cabellos, planta aquí y allí semillas que saca de su alforja, contrariando así los proyectos del segador.
Es en este universo intangible donde Jeanne y Pistuví aprenden cada día a tratar a los demás, simbilizados por unos pájaros burlones cuyo canto no debe, ¡no puede!, escuchar nunca Pistuví...
Comenzaba esta reseña hablando de la infancia porque este cómic es una enternecedora oda a esa etapa de nuestra vida, en la que no había más preocupaciones que la de cómo divertirse ni más problemas que la riña de mamá o papá cuando liábamos alguna buena. Pistuví nos habla de tantas cosas que sería casi imposible mentarlas aquí, pero sobre todo se detiene en mostrarnos lo mucho que se pierde cuando uno se hace mayor...y lo irrecuperable de esa pérdida.
Es una historia que recomiendo a todos aquellos que disfrutan con las dobles lecturas y las reflexiones "orejeras", siempre que esteis dispuestos a quedar conmovidos por una fábula que nada tiene de infantil. Advierto que los más "románticos" de esa idealizada infancia pueden soltar alguna lágrima, tan inevitable y a la vez tan sincera. Supongo que cuando uno tiene ya la edad de echar la vista atrás en busca de su añorada infancia, pocos recuerdan en qué momento dejaron de ser unos niños...la única sensación que queda de aquel paso es la de que, sin mediar palabra, se fue volando...
La lectura enrique el alma, amigos, y como reza un proverbio oriental, "por muchas veces que dispares al gallo, mañana amanecerá de nuevo".
Pd. Para los que se les dé bien el francés, Dargaud publicó hace unos años una edición a tamaño europeo y a color de esta obra en dos tomos, bajo el nombre de Jeanne.
-SPOILER sobre el significado de los personajes y del cómic ON-
Para mi, Pistuví simboliza el espíritu infantil de Jeanne, una chica que se niega a crecer y convertirse en adulta. El viento tiene ese papel de madre de la pequeña y el Gigante-tractor encarna el papel de la sociedad adulta, en la que cada uno tiene asignada una tarea o un trabajo que ha de hacer y repetir, sin preguntarse qué significado tiene hacerlo. Por último, los pájaros, a mi modo de ver las cosas, son las personas mayores que conocemos cuando somos pequeños. Al principio, sus conversaciones nos aburren y son incomprensibles para nosotros, pero llega un día (y ese día llega aunque no lo queramos) en que empezamos a comprender de qué hablan esos "adultos"; es en ese momento en el que nuestra infancia se va "volando", como lo hace Pistuví al final del tebeo...Para mi, una lectura preciosa.
-SPOILER sobre el significado de los personajes y del cómic OFF-