En líneas generales, las ideas comparten algo con los seres humanos: sin un buen camino a seguir, tienden a torcerse.
Se puede tener una magnífica idea, una premisa con potencial, pero sin un buen desarrollo y un digno desenlace muy seguramente esa idea quede desterrada al olvido...¡Hablamos de God is Dead!
Dice el segundo mandamiento "no tomarás el nombre de Dios en vano". Pues bien, parece que Jonathan Hickman lo ha hecho...La verdad sea dicha, muchas expectativas no tenía en esta nueva serie de Hickman, de la que sólo esperaba una buena dosis de acción. Una especie de Street Fighter divino, para que me entendáis. Pero sí abrí el cómic con ilusión. ¿La verdad? Me ha decepcionado mucho.
Una breve sinopsis: las diferentes deidades de las mitologías más populares consideran que ya no se les respeta como es debido. Ha llegado la hora de las tortas y de castigar a la humanidad por su falta de fe. El problema, claro está, vendrá después del castigo, cuando los dioses discrepen sobre la extensión de sus áreas de culto. Ya sabéis, los dioses son de tendencia expansionista.
No aparecen todas las mitologías conocidas. No hay espacio para ello, todo sea dicho. Hickman selecciona a tres dioses por cada una, normalmente a tres de los más célebres. Aparecen dioses griegos, nórdicos, egipcios, mayas e hindúes. Lamentablemente, éste es el show de Odín y sus hijos. Excepción la de Zeus, que es una suerte de archivillano en la trama.
La mayoría de los dioses son breves cameos para la guerra que organiza Hickman, una confrontación que no es demasiado interesante de por sí y que concluye en casi todos los lances de forma fugaz en una sola splash page en la que una deidad aplasta a otra sin ningún tipo de épica. Además, se averigua demasiado rápido el favoritismo del guionista hacia los dioses escandinavos, algo que resta emoción al conflicto. No faltan, por cierto, situaciones que por absurdas resultan hilarantes, como el impagable catnado de Bast.
Que la batalla entre deidades sea torpe y no funcione es de por sí algo preocupante en un cómic cuyo principal reclamo es precisamente ése. Pero por si fuera poco, tenemos un grupo de científicos supervivientes cuyo objetivo es "fabricar" su propio dios para combatir a las deidades enemigas. Este elenco de héroes cumple todos los clichés de sus equivalentes en toda película de catástrofes: resulta molesto, carecen de un mínimo carisma y, en definitiva, terminan de lastrar un cómic cuya lectura se termina haciendo algo plomiza.
El apartado gráfico es resultón, aunque debo decir que no me ha convencido demasiado. Las splash pages son lo mejor del cómic, así como el diseño de algunos dioses. Por otra parte, personajes como Thor o Loki -éste último en menor medida- son demasiado parecidos a sus homónimos marvelitas, mientras que otros como Ares -maldita la gracia, ¡El Dios de la Guerra!- se antojan demasiado simples en sus diseños. Los supervivientes, por su lado, son los más flojos del conjunto, con nueva referencia a Albert Einstein y a Stephen Hawking.
En conclusión: God is Dead es uno de esos cómics que se desinflan desde su mismo inicio, dejando la enervante sensación de que el equipo creativo quizás perdió el fuelle demasiado pronto, no desarrollando una idea que, sin duda, tenía potencial para un cómic muy entretenido. Personalmente, no encuentro motivos para recomendar su lectura este verano habida cuenta de la avalancha de buenos cómics que están saliendo ahora mismo.
+Lo mejor: Si tuviese que destacar algo, las splash pages.
+Lo peor: Flojo desarrollo para una premisa con potencial. Comienzo a entender por qué se dice que Jonathan Hickman es un tipo con buenas ideas pero de malos desarrollos de las mismas.