En 1934 la Segunda República se tambaleaba ante el ascenso de la extrema derecha en Europa y las diferencias sociales, cada vez más marcadas, no hacían más que incrementar esa inestabilidad. Es en este contexto donde se desarrolla la revolución social protagonizada por los mineros asturianos en octubre de ese mismo año...Hablamos de La Balada del Norte.
Alfonso Zapico nos acerca a estos hechos históricos en su más reciente trabajo, La Balada del Norte, obra dividida en dos tomos y que, muy a nuestro pesar, tendremos que esperar más de un año a que se publique el segundo cómic.
Muchos sabréis que yo, al igual que Zapico, soy asturiano, por lo que esta obra me interesó desde el primer momento, y más si tenemos en cuenta que es uno de esos “docucómics” de los que tanto disfruto. La revolución del 34 es un tema áspero, complicado y muchas veces olvidado gracias a la amnesia histórica de la que adolece España y que volvió a una temblorosa palestra en 2013 debido a las nuevas protestas mineras.
Muchos sabréis que yo, al igual que Zapico, soy asturiano, por lo que esta obra me interesó desde el primer momento, y más si tenemos en cuenta que es uno de esos “docucómics” de los que tanto disfruto. La revolución del 34 es un tema áspero, complicado y muchas veces olvidado gracias a la amnesia histórica de la que adolece España y que volvió a una temblorosa palestra en 2013 debido a las nuevas protestas mineras.
Alfonso Zapico se sumerge en esta historia de una manera muy inteligente, huyendo deliberadamente de los cansinos datos históricos, prefiriendo contar la historia de una manera aparentemente sencilla, pero que muestra claramente la vida de los dos estratos sociales y el porqué del inevitable enfrentamiento. Los personajes ficticios, que protagonizan el cómic, se mezclan con otros reales, lo que permite a Zapico mostrarnos la vida asturiana de aquella época de una manera clara y útil para la narrativa. La sencillez del guión no deja de ser fruto de una profunda investigación llevada a cabo durante tres años en los que no solo se dedicó a bucear entre libros de historia, sino que también tuvo una especial preocupación en asegurarse que las partes de la historia que transcurren en la mina sean veraces.
La Balada del Norte se nos presenta como un trasunto de Romeo y Julieta, un amor imposible que se ve separado no por las enemistades familiares sino por las profundas diferencias sociales, diferencias que conducirán una revolución que se va formando, casi sin darnos cuenta, página a página mientras observamos el devenir de los habitantes de las cuencas asturianas. Estamos ante un cómic que se podría catalogar como costumbrista, aunque no del todo ya que está narrado desde el punto de vista republicano, lo que le resta esa objetividad que caracteriza al género.
Alfonso Zapico nunca ha ocultado sus creencias políticas; de hecho apoyó al PSOE en las últimas elecciones a la Presidencia del Principado de Asturias, protagonizando un video electoral y realizando un interesante diario gráfico de la campaña. Zapico, al igual que Paco Roca en su genial obra Los Surcos del Azar (reseñada AQUÍ), deja su impronta en la historia siendo esto una parte básica en cualquier obra narrativa.
La edición de este álbum corre a cargo de Astiberri, con una encuadernación cartoné y 232 páginas con el genial gramaje al que nos tienen acostumbrados y un precio de 18 euros. Un pequeño detalle: las páginas en las que la historia transcurre en la mina son de color negro, lo que produce un curioso efecto cuando se pone el tomo de canto, ya que el contraste con las páginas blancas hace que parezcan vetas de carbón, un detalle seguramente accidental pero interesante.
La calidad del trabajo de Alfonso Zapico es innegable, ganador del Premio Nacional del Cómic en 2012 con Dublinés, es un autor con un estilo propio en el que la narrativa gráfica tiene un papel importante y muy comprometido con sus obras en las que siempre se ven sus propias ideas mezclándose con la trama. Recomiendo este cómic a quien quiera saber un poco más de los albores de la Guerra Civil española, eso sí, sabiendo que no vais a leer un tratado de historia, sino una historia muy bien tratada.
Espero que disfrutéis de una buena lectura, nos leemos...o no...
