Y con esta reseña terminamos de analizar el material publicado a día de hoy de Jack Staff. En este caso hablamos de Ecos del Mañana, el tercer álbum editado por Aleta el pasado abril, en el que el "Héroe más grande de Gran Bretaña" se las verá con un super-soldado nazi llamado Kapitán Krieg, entre otras tramas y subtramas paralelas que tendrán como protagonistas a los ya conocidos secundarios de excepción de la saga: Beckey Burdock, la Agencia Q, el inspector Maverick y a los cazavampiros Bramble e hijo.
Jack Staff. Ecos del mañana guarda el mismo estilo que los anteriores tomos obra de Paul Grist: pretendida narración cinematográfica e impactante, desarrollo en paralelo de diferentes historias a través de los ya de sobra conocidos cambios de escena made in Paul Grist y viñetas cargadas de segundos y terceros planos. Sin embargo, si bien en Soldados (reseñado AQUÍ) el artista inglés lograba un equilibrio casi perfecto entre historias, Ecos del mañana y, en particular, su ritmo acaba sufriendo los debacles de esos continuos saltos, haciéndose la narración un tanto pesada en según qué aventura. Además, en este tomo no aparece nuestro protagonista tanto como nos gustaría, lo que acaba por "desvincularnos" en cierto sentido de la lectura que nos propone Paul Grist.
En contraposición, los pinceles del artista y el color de Phil Elliott, Conlan, Larsen y Eric Stephenson siguen haciendo despuntar el tono de la obra, dándole un cierto aire underground ciertamente poderoso y atractivo.
En esta ocasión, nuestro héroe, junto al resto de Los Luchadores de la Libertad (el Sargento States, Blazing Glory y Tommy Twister) se las verán en plena II Guerra Mundial con el científico loco Brain Head y el indestructible Kapitán Krieg, en una batalla que no solo pondrá en jaque el curso de dicho conflicto, sino que tendrá consecuencias que se extenderán hasta nuestros días. A su vez, Beckey Burdock tendrá que luchar por sobrevivir a una secta vampírica, la agente especial Helen Morgan tratará de recuperar su cordura o el inspector Maverick se verá envuelto en otro extraño caso de homicidio, por mencionar solo algunas de las historias paralelas que se darán cita en Ecos del mañana.
En definitiva, un cómic que mantiene la esencia de sus predecesores, aunque un Paul Grist no tan inspirado repite ciertas ideas como las de los experimentos militares en busca del soldado perfecto. Si te gustaron Todo solía ser en blanco y negro o Soldados, disfrutarás de Ecos del mañana y de la marca personal del artista en lo que a espectacularidad se refiere, aunque el evidente desnivel de calidad entre unas tramas y otras quiebre en cierto modo el tempo de la obra y su tensión.
¡La lectura enriquece el alma!
