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martes, 29 de septiembre de 2015

LA SAGA DE LOS BOJEFFRIES. UN COMIC DE ALAN MOORE Y STEVE PARKHOUSE QUE NOS TRAE PLANETA

Ver una novedad en nuestra tienda de cómics con el nombre de Alan Moore en la portada es motivo suficiente de alegría para cualquier aficionado a este arte. Además, nos encontramos ante un cómic que se comenzara en los años 80 (cuando Alan Moore alcanzaba sus mayores cotas de calidad) y que se ha ido realizando a lo largo de varias décadas, hasta que se le puso punto final en 2013. Visto esto creo que es fácil pensar que nos encontramos ante una de las novedades destacadas de estos meses y, quizás, algo más.



No vamos a ser nosotros quienes descubramos a Alan Moore, para muchos el mejor guionista de todos los tiempos (entre los que me incluyo). El mago de Northampton puede presumir de contar con varias de las mejores historias del medio. Cualquier lista de los mejores cómics de la historia va a incluir Watchmen, V de Vendetta o From Hell cuanto menos, aunque probablemente también incluya otras como La Broma asesina, su etapa en La cosa del Pantano, La liga de los Hombres Extraordinarios o Miracleman. Ningún otro guionista puede presumir de tener tantas obras maestras, aunque también es cierto que no todo son genialidades, sino que también ha realizado obras que ni siquiera alcanzarían el pasable. Por todo esto al comenzar La Saga de los Bojeffries me recorría una seria duda: ¿será esta otra obra maestra del guionista inglés o será una de sus idas que sólo gustan a él?

"Jobremus Bjeffries vive como cualquier otro padre, tratando de mantener la paz en una casa con dos hijos revoltosos, dos tíos, un bebé y el abuelo Podlasp. No importa que sus integrantes sean hombres lobo, vampiros o fantasmas". Ante esta sinopsis parece claro que nos encontramos ante una historia que bebe mucho de series de televisión como La familia Adams o Los Munsters.


El tomo está compuesto por varias historias que incluyen saltos temporales, un capítulo completo escrito como si fuera una opereta (algo que Alan Moore volvió a hacer después en la tercera parte de La liga de los Hombres Extraordinarios) y un episodio navideño. Cada relato tiene un estilo diferente formando un todo bastante atractivo y original.

La historia arranca cuando Trevor Inchmale (un implacable funcionario dedicado a cobrar alquileres para el estado) descubre que los Bojeffries no han pagado una libra en casi un siglo, por lo que decide ponerse manos a la obra y hacer una visita a esta peculiar familia. Este primer capítulo me ha parecido brillante en todos los aspectos. Hacer comedia es lo más difícil que existe en cualquier medio, y provocar risas a través de las viñetas no es algo baladí. Esta primera historia no solo ha conseguido despertarme una sonrisa durante toda su lectura, sino que además ha provocado varias carcajadas (algo que me ha pasado con muy pocos cómics).


A partir de aquí se van sucediendo relatos de más o menos extensión donde Alan Moore nos cuenta la vida de todos los integrantes de esta familia y su día a día a través del humor negro. El capítulo final ("Después de que fueron famosos") es el más cruel: Está narrado a modo de documental y en él observamos qué ha sido de esta familia y cómo se encuentran en la actualidad (casi 30 años después de su creación).

En cuanto al dibujo de Steve Parkhouse, sólo queda rendirnos ante su arte. Tanto los escenarios creados para la historia, como la excelente narración que utiliza son magistrales.


Visto todo esto, da que pensar que nos encontramos ante un cómic redondo en todos los aspectos. Y sería así si no fuera por la editorial que lo ha publicado en nuestro país. Planeta realiza un edición en rústica bastante bonita pero a un precio excesivo. 15 euros por poco más de 90 páginas en blanco y negro y rústica es un precio excesivo. Además, el tomo está huérfano de extras, algo que hubiera sido muy interesante para una obra que se ha alargado durante tres décadas en el tiempo.

En definitiva, La saga de los Bojeffries es una joya que se encontraba perdida. Es otra muestra más de que cuando Alan Moore está inspirado puede contar cualquier historia y contarla como nadie. Destacar que aunque el cómic cuente con menos de 100 páginas no se lee en un suspiro, sino que tiene abundante texto que provocará que nos dure bastante más que otras obras con el doble de páginas. 


Filisk.