Compré este cómic casi el mismo día que salió porque me cautivó por partida triple: precio (12'95 euros), curiosidad y una mayúscula originalidad. Silencio de Metal es, a mi modo de ver, un cómic que incorpora como banda sonora un cd del grupo electrónico Azul y Negro (pioneros del tecnopop español de los años 80), aunque también se podría ver como un disco que entre sus extras nos trae un tebeo basado en sus propios temas. ¿Excusa con fundamento?
Antes de nada, confesaré que no me declaro ningún ferviente seguidor de la música electrónica, techno ni sucedáneos, si bien la escucho cuando encarta y me gusta (¡Grandes Kraftwerk!). Por ello, desconocía a este grupo, Azul y Negro, precursores de la música electrónica en España y ganadores de dos discos de oro entre otros muchos hitos.
Por otro lado, en el mundo del tebeo estoy algo más puesto (tampoco mucho) y digamos que El Torres (Tambores, reseñado AQUÍ), Ángel Hernández (Las Brujas de Westwood, reseñado AQUÍ) y Diego Galindo (Bribones, reseñado AQUÍ) me sonaban lo suficiente como para decir "¿Ciencia ficción apocalíptica, una sociedad deshumanizada, amor y acción, banda sonora propia y nuestro guionista español favorito en cuestiones de terror? ¡Del tirón!". ¿Mi falta de autocontrol me jugó una mala pasada y se llevó por delante 12'95 euros? Vamos a descubrirlo...
Por otro lado, en el mundo del tebeo estoy algo más puesto (tampoco mucho) y digamos que El Torres (Tambores, reseñado AQUÍ), Ángel Hernández (Las Brujas de Westwood, reseñado AQUÍ) y Diego Galindo (Bribones, reseñado AQUÍ) me sonaban lo suficiente como para decir "¿Ciencia ficción apocalíptica, una sociedad deshumanizada, amor y acción, banda sonora propia y nuestro guionista español favorito en cuestiones de terror? ¡Del tirón!". ¿Mi falta de autocontrol me jugó una mala pasada y se llevó por delante 12'95 euros? Vamos a descubrirlo...
Silencio de Metal es el nombre de este cómic y también el de uno de los últimos discos del grupo murciano formado por Carlos García-Vaso y Carlos López Leal. No en vano, este nombre le viene al tebeo porque la trama que El Torres y cía desarrollan va en sintonía con los temas que contiene este álbum de Azul y Negro.
En estas páginas se relata la lucha de Basso (nuestro protagonista) por recuperar a su amor perdido de las garras de un magnate cibernético al que llaman Maniquí. La historia de Torres se expande a lo largo y ancho de un mundo futurista en el que parece que la sobreexplotación de recursos (entre otros factores) ha terminado por mandar al garete a nuestro querido Planeta Tierra. En consecuencia, la Sociedad se ha visto obligada a buscarse otra casa en las Estrellas, la cual parece estar solo al alcance de los "elegidos": ricos, poderosos, famosos y demás creme de la creme que se creen por encima de la "chusma". El resto de la inmensa humanidad permanece en el Planeta Celeste con la falsa esperanza de ganarse un billete a la salvación cueste lo que cueste, aunque eso suponga vivir pisoteados o como esclavos...
El transcurso de la historia está medido al milímetro al ritmo de las canciones que van sonando con el disco y El Torres demuestra su sabiduría ya de perro viejo, hilando una trama más que resultona y tremendamente adictiva en poco más de 40 páginas; una trama que contiene más de un gag de campeonato (-Mini Spoiler ON- Como Tom Cruise convertido en venerado líder de una secta religiosa fanática -Mini Spoiler OFF-) y algún cameo de personalidades importantes en el mundo manga. Esta "foto de familia" no estaría completa sin los pinceles de dos grandes artistas como Ángel Hernández o Diego Galindo, que imprimen al cómic una atmósfera que no podía estar más en consonancia con la idea base, dotándolo de una estética cyberpunk y siniestra que le viene como anillo a Golum.
Lo dicho: música y viñetas que se complementan como si de una sola obra se tratara, obteniendo un resultado que, pese a su aparente sencillez, brilla con luz propia.
¡La lectura enriquece el alma!
En estas páginas se relata la lucha de Basso (nuestro protagonista) por recuperar a su amor perdido de las garras de un magnate cibernético al que llaman Maniquí. La historia de Torres se expande a lo largo y ancho de un mundo futurista en el que parece que la sobreexplotación de recursos (entre otros factores) ha terminado por mandar al garete a nuestro querido Planeta Tierra. En consecuencia, la Sociedad se ha visto obligada a buscarse otra casa en las Estrellas, la cual parece estar solo al alcance de los "elegidos": ricos, poderosos, famosos y demás creme de la creme que se creen por encima de la "chusma". El resto de la inmensa humanidad permanece en el Planeta Celeste con la falsa esperanza de ganarse un billete a la salvación cueste lo que cueste, aunque eso suponga vivir pisoteados o como esclavos...
El transcurso de la historia está medido al milímetro al ritmo de las canciones que van sonando con el disco y El Torres demuestra su sabiduría ya de perro viejo, hilando una trama más que resultona y tremendamente adictiva en poco más de 40 páginas; una trama que contiene más de un gag de campeonato (-Mini Spoiler ON- Como Tom Cruise convertido en venerado líder de una secta religiosa fanática -Mini Spoiler OFF-) y algún cameo de personalidades importantes en el mundo manga. Esta "foto de familia" no estaría completa sin los pinceles de dos grandes artistas como Ángel Hernández o Diego Galindo, que imprimen al cómic una atmósfera que no podía estar más en consonancia con la idea base, dotándolo de una estética cyberpunk y siniestra que le viene como anillo a Golum.
Lo dicho: música y viñetas que se complementan como si de una sola obra se tratara, obteniendo un resultado que, pese a su aparente sencillez, brilla con luz propia.
¡La lectura enriquece el alma!