Ales Kot (Niños salvajes, reseñado AQUÍ) es uno de los guionistas más prometedores y que más de cerca hay que seguir de los últimos tiempos. Con Zero afronta uno de sus trabajos más personales y ambiciosos, creando una historia en la que analiza las implicaciones de la guerra, a través de un protagonista que está destinado a convertirse en uno de los personajes de acción más destacados del medio.
Zero cuenta la historia de Edward Zero, espía de la Agencia y protagonista absoluto de la historia. Edward ha sido criado para potenciar y encauzar sus rasgos sociópatas hasta convertirse en la máquina de matar perfecta. Asume cada nueva misión con frialdad, determinación y una letal efectividad, pero ¿qué sucede cuándo su sistema de creencias y las ideas sobre las que ha cimentado toda su vida comienzan a tambalearse?
Ales Kot utiliza un recurso manido pero efectivo a la hora de narrarnos estos primeros números: comienza la narración por el final y poco a poco se nos irán mostrando momentos de su vida y diferentes misiones hasta llegar al punto en el que comienza el cómic.
Ales Kot utiliza un recurso manido pero efectivo a la hora de narrarnos estos primeros números: comienza la narración por el final y poco a poco se nos irán mostrando momentos de su vida y diferentes misiones hasta llegar al punto en el que comienza el cómic.
Cada uno de los cinco números que forman este primer tomo son de alguna manera autoconclusivos, aunque van destinados a esclarecer detalles de nuestro protagonista. Para lograr esta idea de números cerrados, cada uno de ellos es dibujado por un artista diferente; además, Kot cambia el estilo y la narración en cada uno de ellos: tocando desde el género bélico hasta el thriller. Esta estructura y los géneros que toca nos recuerda bastante al estilo de Warren Ellis.
En este primer volumen se nos revelan algunas características de Edward Zero, aunque se quedan bastantes cosas en el tintero para las entregas venideras. Nos encontramos ante una historia algo trillada contada de una manera llamativa, pero no demasiado original. Si lo analizamos pormenorizadamente no destaca en ningún apartado, pero en todos la labor es de notable, por lo que realizando la suma de sus partes nos da un cómic que sobresale dentro de su género, contando además con margen para mejorar.
En definitiva, este primer cómic de Zero se convierte desde sus primeras páginas en una de las mejores series de género de espías que existe en la actualidad. Ales Kot toma prestada la forma de hacer las cosas de Warren Ellis, pero le da su propio sello distintivo y se aleja de un mero intento de copia, por lo que no queda otra que leer con ansías el segundo tomo, que ya nos trajo ECC y cuya reseña sacaremos en breve.
