La saga que comienzan Daryl Gregory y Carlos Magno con este primer número se ubica 1300 años antes de lo acontecido en la primera película de El Planeta de los simios (1968), pero después de las dos últimas adaptaciones que han llegado a la gran pantalla, en las que César era el indiscutible protagonista.
Las sociedades humana y simia alcanzaron por fin la paz y viven en una relativa armonía, pero el asesinato de uno de los mayores líderes simios, al que llaman El Legislador, pondrá ese tan costoso pacto de no violencia al borde del abismo...
¿Preparados para la guerra?
He de reconocer que los álbumes que actúan de precuelas, adaptaciones o continuaciones de filmes no suelen atraerme lo más mínimo. Sin embargo, este cómic que nos trajo Aleta el pasado mes tuvo algo que captó mi atención. No parecía el típico cómic basado en una película, y gracias a Dios mi intuición no falló en este caso.
Daryl Gregory (Drácula. Corporación del mal) y Carlos Magno (Deathmatch), nombre este último que, por cierto, me encanta, llevan a cabo una obra bastante personal que va cobrando fuerza a medida que avanzas en su lectura, acertando también en la elección de la etapa a mi modo de ver. Los simios y los humanos han conseguido la tan ansiada paz, pero antiguos resentimientos y el odio de aquellos mismos que se dijeron "perdono, pero no olvido" ha aflorado tras el asesinato de uno de los máximos y más queridos líderes de los monos: El Legislador.
Este crimen ha abierto viejas heridas y ha dinamitado esos muros que mantenían la violencia a raya. La tensión es cada vez mayor a lo largo del cómic, puesto que nadie ha reclamado la autoría de tan vil acto y el responsable fue a todas luces un homínido al grito de "Sic semper tyrannis" ("Así siempre a los tiranos", expresión que usó John Wilkes Booth antes de asesinar a Abraham Lincoln), así que la vocal simia Alaya (regente de Ciudad Árbol ahora que El Legislador ha muerto) decreta un salvaje registro sobre Ciudad Piel (donde residen la gran mayoría de la población humana) y exige un responsable, cueste lo que cueste.
Por su parte, Sully (alcaldesa humana de Ciudad Piel) tratará de buscar al responsable del asesinato antes de que la Guerra estalle... La paz pende de un fino hilo, y está a punto de romperse.
Daryl Gregory apenas nos da tiempo de ponernos en escena, y es que el cómic empieza en plena acción. La tensión se masca en el ambiente desde el minuto cero y eso es algo que plasman a la perfección los diálogos de Daryl (no exentos de algún que otro giro argumental inesperado e impactante) y el expresivo dibujo de Carlos Magno. De hecho, la situación que vive cada ciudad, sus miserias y lujos y la delicada atmósfera entre especies son elementos que quedan en las manos de un Magno enérgico y decidido que se muestra capaz de todo ello.
Me parece que lo más acertado del tebeo es el ritmo que ambos autores imprimen con el ir y venir de escenas. Además, el retrato de la convivencia entre sociedades y ese conflicto que avanza inexorablemente hacia el enfrentamiento definitivo está perfectamente hilvanado, siendo el cómic como un enorme tablero de ajedrez en el que acaba de caer una pieza de un bando que, insignificante o no, puede traer consecuencias devastadoras. "Hasta las grandes guerras empezaron de pequeñas diferencias".
Un cómic que recomendaría sin pensarlo dos veces a los amantes de las películas y a todos aquellos que disfrutan con una buena trama apocalíptica en la que se masca la tragedia.
¡La lectura enriquece el alma!
Pd. ¡El segundo llega en noviembre!
