Tras su Belem (cómic reseñado AQUÍ), Yermo Ediciones nos trae otra saga de Jean-Yves Delitte: Neptuno, una obra marítima de toque steampunk recopilada del mismo modo que su antecesora: un único integral que recoge los cuatro álbumes de la saga y a un precio de 42 euros.
¿Vuelve Delitte a conseguir maravillarnos? ¡Lo vemos!
Neptuno es un cómic muy verniano, en el que esa romántica concepción de la aventura y la exploración de lugares indómitos se convierten en el motor que hace avanzar la historia por unos derroteros a veces tan sorprendentes como insólitos.
Jean-Yves Delitte, pintor oficial de la marina belga por méritos más que propios, concluyó Neptuno en Francia un año antes de empezar Belem y, en ese sentido, es más que notorio la evolución del belga en lo que se refiere a narrativa visual, espectacularidad y, sobre todo, expresividad en los personajes.
Neptuno es un cómic del que se podría haber sacado mayor partido a nivel gráfico, pero claro, esto lo sabemos en gran medida porque tenemos a su hemano mayor (Belem) como referente. En cierto modo, esta valoración no deja de ser un tanto injusta, puesto que la evolución del artista es algo lógico y natural. Sin embargo, donde sí encuentro el mayor pero de la saga es en la rigidez y falta de viveza en las caras de los protagonistas, las cuales son bastante toscas y planas.
Dicho esto, la aventura que nos plantea Delitte parte con nuestro protagonista, William Lake, terminando de construir su novedoso submarino, el Neptuno. Sin embargo, cuando William deja de recibir el apoyo financiero de Washigton, se ve obligado a vender su navío a un inversor extranjero que desea explorar las profundidades del Caribe con él. Es aquí donde empezamos un viaje cargado de imprevistos y peligros a cada cual más inaudito y repentino, que hará las delicias de todos aquellos que disfrutamos con un ritmo sin apenas respiros.
Aunque aún se le ve un tanto verde al belga a la hora de desarrollar e hilar la trama, Neptuno es un cómic tremendamente entretenido y ameno en el que Delitte desarrolla a la perfección la América de finales del siglo XIX, aún lastrada por esa cruenta Guerra de Secesión y el racismo, teniendo siempre como telón de fondo el recurrente tema para el artista de la sucesión de los barcos de vela por los vapores.
¡La lectura enriquece el alma!