El malagueño Enrique Bonet (El juego de la luna) se atreve como autor completo en esta historia sobre la investigación de la muerte del poeta Federico García Lorca. Bonet utiliza la investigación de Agustín Penón para crear un cómic tremendamente documentado y que nos llevará por la Granada y España de los años 50. Agustín Penón se convertirá en el protagonista absoluto de la historia y en el cómic se nos contará su particular odisea para recabar información sobre las circunstancias que rodearon la muerte de García Lorca.
Como diría Pérez-Reverte, este cómic trata "sobre España: este paraje ingrato, envidioso y miserable, históricamente enfermo. De esta ruin madrastra y sus turbios, desvergonzados, impunes y secuaces". Y es que esta España nuestra tiene muchos episodios que nos deben avergonzar, siendo la muerte de Federico García Lorca uno de ellos.
La historia arranca con el regreso de Agustín Penón al que fuera su país de origen, país del que tuvo que emigrar de niño a EEUU como consecuencia de la Guerra Civil. Penón estaba fascinado por la vida y obra del poeta granadino, por lo que en 1955 viajó hasta aquí para intentar esclarecer las circunstancias que rodearon su muerte. El objetivo de Penón era responder tres preguntas: ¿Por qué fue asesinado? ¿Quién lo mató? y ¿Dónde está enterrado?. A lo largo del cómic se nos irá proporcionando información sobre estas preguntas, pero será cada lector el que tendrá que decidir con qué datos se queda o cuáles considera más descartables.
Mencionar que Penón falleció en 1976 sin llegar a publicar el libro que recopilaba toda la información que había recopilado durante su estancia en España. Marta Osorio (escritora y amiga de Penón) completó todo este material en el libro Miedo, Olvido y Fantasía, que vio la luz en el año 2000.
Con este punto de arranque, Enrique Bonet nos ofrece una de las historias más apasionantes, absorbentes y ricas en matices que hemos tenido la suerte de poder leer. A lo largo de las páginas seremos testigos del viaje (tanto físico como psíquico) que llevará a cabo nuestro protagonista. Bonet retrata a la perfección la España de aquella época: los miedos y preocupaciones de unas personas, cuyo único fin es no destacar demasiado, ni hablar más de la cuenta para que no les den "el paseo".
La araña del olvido es un cómic con el que disfrutará todo el mundo, pero bien es cierto que es una historia de Granada, por lo que un granadino la disfrutará un poco más (aún si cabe). Y es que leer Plaza Nueva, o ver el Paseo de los Tristes es algo que pasará desapercibido para cualquiera, pero que a nosotros nos tocará nuestra vena autóctona.
Si hay que ponerle algún pero a la obra es tal vez su dibujo. Que si bien es cierto que estamos ante un dibujo claro y acorde con el espíritu de la obra, creo que Bonet es mejor guionista que dibujante. Esta afirmación merece una aclaración. Desde mi punto de vista la labor que realiza como guionista es de sobresaliente, mientras que la de dibujante se queda en notable, algo que por otro lado es normal, teniendo en cuenta el magnífico material con el que cuenta y lo bien que lo lleva.
En definitiva, La araña del olvido se ha convertido desde ya en uno de mis cómics favoritos (tanto por la historia que cuenta como por ese sentimiento granadino que corre por mis venas). Al ver que nos encontramos ante una trama basada en hechos reales y que cuenta con una labor de documentación importante detrás, podemos llegar al equívoco de que es un cómic con un ritmo pausado y cuya lectura puede ser un poco farragosa. Nada más lejos de la realidad, el autor consigue darle un ritmo endiablado, porque lo que narra está tan bien contado y es tan interesante que no lo soltaremos hasta llegar al final. En cuanto a la edición de Astiberri sólo decir que es la mejor edición posible. Astiberri es probablemente la editorial que mejor publica en nuestro país, y aquí no hace más que corroborarlo. Nos encontramos ante un tomo en tapa dura, de una 170 páginas aproximadamente y por menos de 20€, así que no hay ninguna excusa para no regalarnos esta pequeña joya.
Aprovechando que empecé esta reseña con una frase de Pérez-Reverte, voy a terminarla con otra cita suya, que por otro lado viene al pelo de lo que hemos estado contando: "Aquí no hubo guillotina para obispos, reyes y aristócratas; aquí siempre se ha fusilado a los mismos y de manera equivocada".
